Los lobos

LOS LOBOS
DEL
ÁGUILA







NOMBRE: Evelyn Jaramillo Jaramillo
CURSO: 1ºA de Bachillerato





1.SINOPSIS

La ciudad que estaba en plena expansión, era la capital de los atrebates, una de las pocas tribus aliadas de Roma, y por un momento el legado se preguntó si el comandante enemigo Carataco no habría llevado acabo un audaz ataque en lo profundo de la retaguardia de lasfuerzas romanas.
El destino del general Plautio y de sus legiones, y lo que es más el destino del emperador dependía de las finas arterias que alimentaban a las legiones y que ya no daban más de sí, arterias que podían quedar cortadas en cualquier momento.
Vespasiano podía imaginarse perfectamente la ira con la que el general Plautio recibiría la noticiade semejante contratiempo.
El Emperador Claudio había nombrado a Aulo Plautio comandante del ejército romano, y su misión era agregar Britania y sus tribus al Imperio.
A pesar de las victorias de Plautio sobre las tribus bárbaras durante el verano anterior, Carataco había reclutado un nuevo ejército y seguía desafiando a Roma.Así pues, el resultado de la campaña de aquel año dependía cuál de las dos estrategias triunfara. Si el general Plautio tenía éxito a la hora de obligar a los britanos a enfrentarse con él en el campo de batalla, ganarían las legiones. Si los britanos lograban eludir la batalla y matar de hambre a las legiones, podríandebilitarlas lo suficiente como para obligar al general a emprender una peligrosa retirada de vuelta a la costa.
A medida que Vespasiano y su escolta subían al galope hacia la cima de la colina, el toque de los cuernos de guerra de hizo más estridente. Los soldados podían oír ya los gritos de los hombres, el agudo sonido metálico del entrechocar de las armas y el ruido sordo de los golpes de losescudos.
Los exploradores se alinearon con su legado y se precipitaron oblicuamente por la pendiente hacia los armados durotriges. Ante la llegada de los jinetes, los britanos empezaron a dispersarse, y los rugidos del triunfo murieron en sus labios. Vespasiano vio que el comandante del convoy había aprovechado muy bien la diversión y que los carros volvían a dirigirse con estruendo hacia laseguridad de las fortificaciones de Calleva.
Vespasiano seguía galopeando hasta el convoy. Alcanzó a echar un rápido vistazo a sus exploradores y vio que la mayoría de ellos se habían detenido y estaban atareados clavando las lanzas a cualquier britano que encontraban arrastrándose por el suelo. Era el momento perfecto para cualquier soldado de caballería. Pero no eran conscientes del peligro de loscarros de guerra que en aquel mismo momento avanzaban pesadamente por la cuesta hacia el pequeño grupo de jinetes romanos.
Si lograban impedir que el convoy alcanzara las puertas, entonces Aurelias no tendría otro camino que intentar abrirse camino a la fuerza. Lo único que podía hacer Vespasiano era resistir alataque de la infantería enemiga el mayor tiempo posible el legado echó un último vistazo a la delgada línea que formaban sus hombres y a la grave y resuelta expresión en los rostros de los miembros de la tribu que avanzaban hacia ellos, y enseguida supo que sus tropas no tenían ninguna posibilidad.
Habían pasado casi dos meses desde que un druida estuviera a punto de arrancarle la cabellera de ungolpe de espada y, aunque la herida había ya cicatrizado aún le dolía y las atroces jaquecas no habían hecho más que empezar a remitir. Cato se pasaba la mayor parte del día durmiendo porque los ronquidos de su compañero de habitación eran tan fuertes que no podía dormir por la noche. Su compañero, a pesar de haber recibido una terrible herida en la...