los personajes

Los personajes


Eulogio Segundo, esquilador y gaucho de las tierras más australes del mundo, siente que lo embarga una difusa tristeza, de esas tristezas cuyo centro está sumergida en la niebla,no tiene origen conocido, sólo existencia sin puerto de llegada.
Está solo en su pequeña casa de montaña, en país extranjero, y bebe lentamente su mate de yerba amarga, como las penas. Afuera eltemporal se arremolina con furia sobre las calles y techos de las casitas multicolores que rodean la suya. Rugen los bosques y montañas cercanas. El universo muestra su rostro de belleza dura; unapresencia sin desbordes, transitoria.
Tiempo de lobos, de truenos, viento y relámpagos. Tiempo que Eulogio ama, le acarrea recuerdos de su tierra perdida en la lejanía de la distancia y el olvido. Es sóloun lugar en su memoria, con el olor a tierra, a piedras, a la potencia del viento entre los glaciares, los lagos, el vuelo de los caiquenes, el rugido del puma.
Lo visita la presencia de la muerte,pero es una visita fugaz, casi imperceptible, pero real. A una cierta edad, el ciclo se cierra, y llegan mensajes desde los abismos de la tierra o las alturas del cosmos. Es el llamado de la natura,reclamando sus átomos. El préstamo es muy precario.
Aunque sus raíces penetraban profundas en la vida, la presencia de la muerte le resultaba claro que comenzaba a visitarlo con mayor frecuencia. Alfinal esos mensajes resultan familiares, porque se siente el aroma de esa materia hecha de inutilidad, de lo transitorio, de la evolución del biológico que saluda. 
Aún le quedaban, eso sí, lejanosrecuerdos del canto de los grillos en las casas viejas, las doradas espigas del trigal en las manos del viento, el canto de los gallos al amanecer, o algún verso de Neruda, de Virgilio, pero siempre lacerteza del fin de todas las cosas, y ahora como la visita de algo agradable, amoroso, difuso. 
El temporal se alejó, y todo se hizo silencio, la luz pálida, de ámbar iluminó el valle detrás de la...