Los tatuajes

TATUAJES, UNA SEGUNDA PIEL.
Las marcas del cuerpo, una cicatriz, nos avergüenzan, o son aquellas que mostramos a los demás, como una señal “imborrable” de una historia personal, cuandodecimos, miraes verdad lo que te he dicho y mostramos lo que seguramente, a la mirada del otro es indiscutible, nos damos cuenta que si esa historia no fuese contada y creída, soportada por esacicatriz, entoncesno existe.
Es en el cuerpo donde se puede registrar un hecho, no es el recuerdo, nadie puede verlo, nadie puede tocarlo, y entonces como podemos asegurarnos de ese evento, puesmirando esa huellaque ha dejado.
Desde épocas remotas hemos visto que el hombre de las cavernas usaba pintura para el rostro y se pintaban el cuerpo. Si recorremos la historia del tatuaje agrandes rasgos veremosque la pintura superficial fue lo primero que uso el hombre para adornarse.
La mayoría de las culturas desde hebreos hasta los africanos se han tatuado como símbolo oforma de embellecerse. Eltatuaje no se practicó siempre con el mismo motivo; la evolución social lo ha hecho cambiar de objetos en ciertas épocas de su historia.
La palabra tatuaje proviene dela frase polinesia tatau, y que elpolinesio pronuncia tatahu, y está compuesta por ta, que significa dibujo o impresión, y de tau, piel por lo mismo significa dibujo en la piel.
Por lo cual,cabe preguntarnos, qué pasa con aquellosque hacen de su cuerpo un pergamino andante, porque al final, la pretensión es ser visto, y por tanto ser reconocido por la historia que se reconstruyeen la mirada del otro.
¿Qué lleva a un sujeto atatuarse, en particular, que hace que un adolescente decida “marcarse” permanentemente?
Cuando decimos “yo”, nos referimos a ese cuerpotambién, ese Yo es una esencia-cuerpo, actúa como unasuperficie, donde se inscribe el sí mismo, convirtiéndose en la cualidad del Yo, es decir, el Yo es primeramente y ante todo, un Yo corporal.