Maras

Páginas: 28 (6930 palabras) Publicado: 14 de mayo de 2012
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CEPI DOCUMENTO DE TRABAJO No. 9 Las maras centroamericanas, una identidad que ha dejado de tatuarse: posibles lecciones para las pandillas mexicanas

Gema Santamaría marzo2006

CEPI DRAFT WORKING PAPER Not to be cited without permission of the author

Las maras centroamericanas, una identidad que ha dejado de tatuarse: posibles lecciones para las pandillas mexicanas Gema Santamaría gemasantamaria@gmail.com Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), México March 2006 Paper No. 9

Gema Santamaría es integrante de la Red Trasnacional de Análisis sobreMaras, proyecto asociado del Centro de Estudios y Programas Interamericanos.
Buena parte de estas reflexiones son resultado del Primer Taller Sub-Regional de la Red Trasnacional de Análisis sobre Maras, que tuvo lugar el 13 de febrero del presente año. No obstante, las opiniones

del presente artículo son responsabilidad de la autora y no representan necesariamente el punto de vista de losintegrantes de dicha Red.

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Las maras, como se conoce generalmente a los jóvenes pandilleros de origen centroamericano, han irrumpido de manera creciente y con una rapidez abrumadora en el escenario de percepciones y realidades que conforman el entramado de la violencia urbana. Ya sea como grupos que se piensan vinculadosde manera marginal o central con diversas manifestaciones del crimen organizado (narcotráfico, tráfico de personas y de armas, secuestros e incluso terrorismo) o como delincuentes que amenazan los espacios más locales a través del robo, el cobro de peaje y la extorsión, las maras ocupan un lugar prioritario tanto en la mente de los habitantes de comunidades y barrios, como en las agendas de lostomadores de decisión. Los medios de comunicación han ocupado un lugar central en hacer de estos jóvenes tatuados y desafiantes, los protagonistas de las historias de violencia que se tejen en las ciudades centroamericanas, estadounidenses y, más recientemente, mexicanas. Y no es difícil entender el cómo y el porqué: son jóvenes, tienen tatuado en todo el rostro el número de sus muertos y, por sifuera poco, cuando son entrevistados por algún periodista ávido de nota roja, describen (o inventan) los asesinatos más terribles que han llevado a cabo en contra de la pandilla contraria. Es un hecho innegable: las maras son fotogénicas y sus historias se venden como pan caliente; en otras palabras, son fuertemente mediáticas. Lo cierto es que las maras no son nuevas, como afirma Miguel Cruz,especialista salvadoreño y director del Instituto Universitario de Opinión Pública de la UCA;i en especial en los países centroamericanos llamados del “triángulo del norte” (Honduras, Guatemala y El Salvador).ii El problema se remonta a la década de los ochenta y principios de los noventa e inicia con la migración de cientos de jóvenes que, huyendo de la guerra civil en sus países de origen, llegan abarrios de ciudades como Los Ángeles, donde las pandillas compuestas por jóvenes latinos tenían ya un amplio camino recorrido. Pero más allá de que no sea un fenómeno reciente, lo que sí resulta novedoso es, por un lado, la atención que estos grupos están recibiendo por parte de los gobiernos y de la sociedad civil en general, y por otro, la manera en la que estos grupos se alejan cada vez más dela actividad tradicional pandilleril. En cuanto al primer aspecto, es evidente que dicha “atención” no se ha traducido en un mejoramiento del problema, sino en un agravamiento de la violencia con la que operan estas pandillas y en una tendencia a llenar las cárceles de jóvenes, cerrando así sus posibilidades de reinserción y abriéndoles de par en par, las puestas del crimen organizado. En cuanto...
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