Meirieu, Philippe (1998) Frankenstein Educador
Introducción
Frankestein: “Hemos “hecho” un niño y queremos “hacer de él un hombre
libre”...¡como si eso fuese tan fácil!Porque, si se le “hace”, no será libre, o al menos no
lo será de veras; y, si es libre, escapará inevitablemente a la voluntad y a las veleidades
de fabricación de su educador.
¿Se puede educar sinser un Frankestein?
Frankestein o el mito de la educación como fabricación
Integrarse siempre es un poco de domesticación. Es normal, al fin y al cabo, que aquél
que llega acepte algunas renunciaspara tomar parte de la vida de aquellos que le
acogen. Ese es el precio a pagar para que te conviertas en miembro de la comunidad.
Educar es desarrollar una inteligencia formal capaz de resolverproblemas de gestión de
la vida cotidiana y es, también, desarrollar una inteligencia histórica capaz de discernir
en qué herencias culturales se está inscrito. Educar es, pues, introducir a ununiverso
cultural.
Todo educador quiere dar vida a lo que fabrica. Las cosas se complican cuando el
educador quiere “hacer al otro”, pero también quiere que el otro escape a su poder para
que entoncespueda adherirse a ese mismo poder libremente. Quiere el poder sobre el
otro y quiere la libertad del otro de adherirse a su poder.
Paradoja de la “educación como fabricación” de Hegel. La verdaderasatisfacción del
amo sería que el servidor le saludase como hombre libre, asumir el riesgo de la libertad
del otro.
A mitad de recorrido: por una verdadera “revolución copernicana” en pedagogíaEl centro del sistema educativo habría que situarlo en la construcción de un ser por sí
mismo. La educación se ha de centrar en la relación del sujeto con el mundo. Ésa es la
finalidad de laempresa educativa: que aquél que llega al mundo sea acompañado por el
mundo y entre en conocimiento del mundo, que sea introducido en ese conocimiento
por quienes le ha precedido... que sea introducido...
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