Ministerios de los creyentes
DE LOS DONES ESPIRITUALES
Roberto Pereyra Suarez, Ph.D.
Director de Pos-graduación del SALT
Unasp – EC, São Paulo, Brasil
Introducción
El ministerio de todos los creyentes se fundamenta en dos principios bíblicos y teológicos constitucionales. El primero de esos principios es “el sacerdocio de todos los creyentes”.
Elsacerdocio de todos los creyentes
El sacerdocio del creyente fue uno de los principios-clave de la Reforma Protestante y tiene un doble significado:
1. Cada creyente, en virtud del sacerdocio de Cristo sobre la cruz, puede acercarse a Dios personalmente, sin necesitar ninguna mediación o intermediario (He. 8:10-11; 4:15-16; 10:19-22).
2. En razón de que el creyente es miembro del cuerpo de Cristo(1 Co. 12:12-27), él tiene una función específica, un ministerio particular que ejecutar (Ro. 12:3-8).
Es decir, la gran comisión no está restringida a una clase, raza o género selecto o particular dentro de la iglesia. La responsabilidad es de cada uno y de todo creyente, quien es un ministro de Jesucristo y está llamado a participar de la misión redentora de Dios en el mundo.
Además, esellamado tiene una doble aplicación: (1) para la salvación, siendo el bautismo la señal de esa convocación (Ro. 6:3-11); y (2) para el servicio cristiano (1 P. 2:4-10). Así, todo creyente pertenece al sacerdocio y esa enseñanza se conoce como “el sacerdocio de todos los creyentes”.
La creencia del sacerdocio de todos los creyentes es, en su sentido más pleno, una doctrina bíblica (Ex. 19:4-6; 1 P.2:4-10). Sin embargo, esta no debiera confinarse a una fórmula doctrinal. Debe encontrar expresión permanente en la vida activa de la iglesia.
El segundo de los principios en que se establece el ministerio de todos los creyentes es “el ministerio del Espíritu Santo”.
El ministerio del Espíritu Santo
El ministerio del Espíritu Santo es de particular interés a los cristianos porque es por mediode su obra que Dios actúa personalmente en la vida de cada creyente y de cada iglesia.
La obra del Espíritu Santo en la vida de cada creyente
El Nuevo Testamento presenta que la obra salvadora de Jesucristo se relaciona directamente con el ministerio del Espíritu Santo y vice y versa. Cristo ofreció su sacrificio expiatorio por los pecados (Ro. 8:6-8) y aplica los méritos de ese sacrificiopor medio de su ministerio sacerdotal en el santuario celestial (He. 7:25), pero, “el espíritu es el que hace eficaz lo que ha sido realizado por el Redentor del mundo” (DTG 625).
El Espíritu prepara el camino para la conversión, convenciendo a cada individuo de pecado, justicia y juicio (Jn. 16:8), llevándole al pleno conocimiento de Jesucristo y de su evangelio (Jn. 15:26; 16:13; 1 Co. 12:3).Produce arrepentimiento (Hch. 5:31; 11:18; Ro. 2:4), generando fe (1 Co. 12:9; Ro. 12:3) y nuevo nacimiento (Jn. 3:3-8; Tit. 3:5). El Espíritu sella al creyente (Ef. 1:13), testificando que pertenece a Dios (Ef. 1:14; 2 Co. 1:21-22; 5:5; Ro. 8:22-23; Ef. 4:30). Produce su crecimiento (Gá. 5:16, 22-23), santificación (Ro. 8:3, 5-10; 1 Co. 6:11; 2 Ts. 2:13; 1P. 1:2) y servicio (Hch. 1:8; 2:1-12,37-47).
El Nuevo Testamento describe, también, la obra del Espíritu en la vida de cada iglesia.
La obra del Espíritu Santo en la vida de cada iglesia
El Espíritu Santo designa líderes (Hch. 6:1-7; 20-28), elige misioneros para el servicio (Hch. 13:2-4), los guía en su ministerio (Hch. 8:29; 10:19-20; 16:6-10), les concede las palabras adecuadas para testificar (Mt. 10:19-20; Mr. 13:11; Lc.12:11-12; 21:12-15), produce el coraje y el valor necesarios para predicar el evangelio en contexto de persecución (Hch. 4:29-31), concede poder para confrontar a los oponentes del evangelio (Hch. 6:10; 13:9-10), edifica y fortalece la iglesia en su misión (Hch. 9:31).
Además, el Espíritu concede dones (espirituales) para capacitar a la iglesia en su proclamación (Ro. 12:4-8; 1 Co. 12-14; Ef....
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