mis tares

Una enfermera estaba terminando de escayolarle el brazo cuando se abrió la puerta y apareció un médico vestido de verde.
-¿Podría hablar un momento con el señor Galindo?
-Claro, doctor –dijo ella-. Ya he terminado.
El recién llegado esperó a que la enfermera abandonase la sala antes de dirigirse al herido.
-Soy el doctor Malumbres, jefe del servicio de cirugía.
-Muchogusto, doctor – dijo Galindo, dejándose estrechar la mano sana-. Veo que usted ya sabe quién soy.
-En efecto. Yo quiero pedirle un favor.
Galindo sonrió con tristeza.
-Me pilla en buenmomento. Hable, doctor.
Malumbres pareció dudar unos segundos. Pero en seguida le explicó el asunto.
-Es bien conocido su temor a contraer ciertas enfermedades, señor Galindo, pero...necesitamos que done usted sangre. Tenemos en la sala de operaciones a una mujer que morirá si no recibe una transfusión. Usted comparte con ella un grupo sanguíneo muy poco frecuente. Es su únicaesperanza. Le puedo garantizar que no hay ningún riesgo de contagio...
Galindo se había echado a reír. En unos segundos, su risa se transformó en sollozo.
-Parece una broma, doctor... Ahoraque he perdido el miedo y que no me importaría ayudarle, me temo que mi sangre no le sirva para nada. Soy portador del virus del SIDA.
Malumbres permaneció impasible.
-¿Quién le ha dichoeso?
-Mi propio médico, el doctor Morientes. Me hicieron hace poco unos análisis. No hay duda alguna.
El doctor Malumbres se puso en pie.
-Señor Galindo... A su llegada a este hospital,mientras usted estaba todavía inconsciente, le hemos hecho un análisis de sangre. Es una norma general, por si surgen complicaciones. Al comprobar que su grupo coincidía con el de nuestrapaciente más grave, hemos hecho las pruebas complementarias y el resultado ha sido correcto. No es usted portador del VIH, ni tiene ninguna otra enfermedad infecciosa. Se lo puedo garantizar.