monarquia autoritaria
El mérito principal de este libro, creo yo, está en destacar la evolución que desde los Reyes Católicos hasta 1833 tuvo todo el aparato administrativo cercano al rey, así como la estructura de poder municipal. De las Cortes se refleja su nuevopapel, sujeto a las realidades impuestas por la multiplicidad de reinos y la disminución de la fuerza política de la nobleza; es una institución que, al contrario de los órganos administrativos, mantiene una estructura similar y unas atribuciones teóricas semejantes a las originarias, si bien la práctica (absentismo de la nobleza y el clero en Castilla, irregularidad de convocatoria) reduce lacapacidad de control antes ejercido. En cambio, lo más significativo de los Estados modernos es el nacimiento de toda una burocracia alrededor de la figura real, exigida por la mayor complejidad de las funciones de gobierno. Era éste, quizá, uno de los puntos más olvidados por los historiadores, que incluso cuando lo abordaban, lo hacían desde un punto de vista jurídico, teórico. Ahora, sin embargo, sehará un análisis ''dinámico'' de estas instituciones, que permite por otra parte soslayar los casos, abundantes, de discrepancias sobre el verdadero contenido de cada una de ellas. Sabido es que en el entramado legal del Antiguo Régimen se puede encontrar de todo menos claridad, pues se trata de una superposición de estratos que se interfieren entre sí y difuminan las atribuciones y lasresponsabilidades; no en vano fue la época dorada de los pleitos interminables que hacían la fortuna de aquellos abogados expertos en moverse en la jungla de las normas, tantas veces contradictorias. En muchas ocasiones la importancia y el espacio de poder de una determinada institución dependía de quien la ejercía, y hasta se da el caso, en España especialmente, de una personalización sin respaldo oficialde la figura del valido o privado, que sí lo tenía en cambio en Francia, aunque no siempre en la medida real de su influencia. Otras veces un mismo individuo acumula más de una función, dando lugar, de hecho a una situación de monopolio del poder (como sucedió, por ejemplo, con Patiño).
Debemos, me parece, a los historiadores franceses esta orientación, más cercana a la realidad histórica, de loque poco a poco será conocido como ''el Estado'' (lo que los arbitristas españoles de la época designaban con el ambiguo término de ''La República'', muy cercano al sentido originario de ''la cosa pública''. Y el modelo para ello es el libro de Lapeyre sobre la monarquía francesa, seguido algo más tarde por el ''Antiguo Régimen'' de Pierre Goubert, en el cual el laberinto normativo es descritocon gran habilidad. El ejemplo cundió también en España, y quizá el mejor reflejo fue el magnífico estudio de José Antonio Escudero (''Los secretarios de Estado y de Despacho''), monumental trabajo que desentraña los antecedentes de lo que hoy llamamos ''Administración central del Estado''.
Una revisión general, en este sentido, es lo que aquí se aborda; en gran parte, proporcionándonos una nueva...
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