Muerte En La Catedral

Muerte en la Catedral
de Litto Nebbia


















Félix Francisco Nebbia Corbacho, más conocido como Litto Nebbia, es uno de los músicos más importantes de los últimos 50 años en Argentina. Fundador en 1967 del conjunto Los Gatos, junto a otros futuros emblemas del género: Toth, Galiffi, Fogliatta y Moro. Para las dos últimas placas se sumaría otro “monstruo”: Pappo. Esco-autor, junto a Tanguito, del primer “hit” masivo de rock en castellano del Río de la Plata: La balsa. Multiinstrumentista, compositor y cantante pero ante todo un verdadero espíritu indomable. Como lo describe Gabriel Senares en el prólogo de la entrevista que le realizó para el libro 4x4=Rock: “Coherente hasta la terquedad en su destino conciente por lo fácil y oportunista, por lo cómodo osuperfluo. Su inconformismo, guiado por la reflexión y no por desplantes temperamentales aislados, motoriza un perpetuum mobile distante de revivals y tentaciones.” (Senares L´eirbag, 1980, p. 97).
En 1969 editó un simple, su primer trabajo solista oficial, que incluía el clásico Rosemary. Pero al año siguiente Los Gatos se separan definitivamente y Nebbia edita su primer disco solista, llamadosimplemente Litto Nebbia. A este trabajo le seguirán Litto Nebbia Vol. 2, en el que toca casi todos los instrumentos. En 1970 sale Nebbia´s Band, con un acercamiento al jazz y en 1972, Despertemos en América, abriéndose al folklore. En 1971, para la edición de Rock hasta que se ponga el sol, había subido al escenario acompañado en la percusión por el artista Domingo Cura y no tarda en ser tildado detraidor por las huestes rockeras de aquel entonces. Pero Nebbia siempre ha revindicado la música como un espacio de libertad, un punto de partida de su ejercicio, tanto hacia adentro como hacia afuera: “Ya no como músico, sino como argentino, siempre pensé que iba a gestar una música que respondiera a las necesidades del lugar, del tiempo, de la gente, de la característica melancólica delargentino; y esto, creo que se ha conformado a través de todos estos años.” (Senares L´eirbag, 1980, p. 98).
En 1973 forma un trío junto a Jorge “Negro” González en contrabajo eléctrico y Néstor Astarita en batería y edita uno de los álbumes más importantes de la década del 70, Muerte en la Catedral. Un disco de una carga social y emotiva que nada tiene que envidiarle a otros LP de similares vibracionesque vieron luz en aquellos tormentosos años, como Artaud (1973) de Spinetta o Pequeñas anécdotas sobre las instituciones (1974) de Sui Generis, entre otros. Producido junto a su compañero de antaño, el tecladista Ciro Flogliatta, también tuvieron participaciones Oscar Moro, Domingo Cura, Bernardo Baraj, Roque Narvaja, Gustavo Moretto, Rodolfo Alchourrón en dirección orquestal y su compañera deaquel entonces, Mirtha Defilpo, quien escribió las letras de Mendigo de la Luna y La operación es simple. La tapa fue una pintura original de Pérez Céliz y en ella puede verse, bajo el estilo geométrico del reconocido artista, la perspectiva de un camino que marcha hacia el horizonte infinito, pero este camino no solo va por la tierra sino también por el cielo. Musicalmente, hay ritmos del folklore yun aire de tango en algún momento… El rock deja su cubículo de tres acordes para meter esta placa, de lleno, en el rock progresivo o sinfónico. En su libro Una mirada Nebbia describía aquel período: “Tanto Muerte en la Catedral, del ´73, como el del siguiente año, Melopea, son discos realmente muy maduros, en los que planteo compositivamente una ruptura con lo que en ese momento se denomina rock.”(Nebbia, 2004, p. 136).
Pero no es solo desde la música en que se produce esta ruptura. En sus letras también hay una inmersión visceral y recíproca del poeta sobre su tiempo y de ese tiempo sobre el poeta. A casi 30 años de su edición y a la luz de la historia transcurrida en todo ese tiempo, algunas letras se transforman en premonitorias o será que los últimos 30 años no fueron tan...