Nada
Toda esta historia de un siglo ratifica la necesidad, la justificación y la eficiencia de esta rama industrial. Esta industria no se hizo, pues, montada en incentivos artificiales; se creó y creció por la pura, escueta y duranecesidad de tenerla. Los beneficios tributarios de la Ley 81 de 1960, provocaron un crecimiento históricamente importante, vigoroso, de este renglón industrial entre 1961 y 1974, crecieron y diversificaron las empresas que ya existían, se crearon otras nuevas y aparecieron muchos otros productos. El consumo aparente de acero de aquel período pasó de 246.000 toneladas en 1961, casi el triple, a 661.000toneladas en el año 1974. Muchos nuevos productos entraron al catálogo de la oferta metalmecánica, comenzaron a exportarse nuevas líneas, la producción nacional de acero se elevó de 135.000 toneladas en el año 1961, a 302.000 en 1975. Comenzamos en esa época a construir máquinas que para nosotros eran nuevas y avanzadas, telares, maquinaria vial, máquinas-herramientas para me-tales, automóviles ycamiones, grandes calderas, transformadores eléctricos, etc. Ocurrió, pues, una verdadera reestructuración industrial del sector metalmecánico en el sentido más auténtico y mejor de este término, crecimiento vigoroso, nuevas tareas industriales, mejor tecnología, más eficiencia económica, redistribución geográfica, especialización de productos, más integración interna del sector. Todo gracias a unestímulo tributario inteligentemente diseñado y al crecimiento económico de estos quince años en que gobernaron los dos Lleras y Pastrana.
En 1974 vino el experimento desastroso de la apertura de importaciones, las políticas monetaristas y el lema del laissez faire. La industria metalmecánica, como todas las demás, sufrió el efecto calamitoso de ese experimento, se frenó la producción; sesuspendieron muchas producciones, murieron proyectos que se estudiaban, el ensamble automotor se estancó, los programas metalmecánicos y automotor del Grupo Andino murieron a poco de nacer, fabricaciones más avanzadas que se proyectaban, fueron canceladas. Esos muchos efectos dañinos se resumen en el hecho de que en pesos constantes de 1980, el valor agregado de la industria metalúrgica básica nacional,que fue de 11.000 millones, en 1974 se estancó y aún ascendió a 9.000 millones en 1982. Solamente en 1984, volvió a superar ese largo y violento receso. Perdimos, pues, diez años de desarrollo industrial, no sólo en la metalmecánica, sino en todas las demás industrias.
Desde mediados de 1983 hasta ahora, se ha recuperado el paso de avance de la industria a lo largo de cinco o seis años pero,...
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