Notas
En otros tiempos las ocas eran animales importantes. Para los romanos eran como perros: guardaban las casas y si venía algúnextraño, escandalizaban tanto o más que un perro y nadie podía olvidarlas a la hora de robar. De hecho, la pata de una oca ha sido durante muchos siglos la señal deaviso de que hay algo que tener en cuenta o un tesoro escondido. Y la y griega, un sustituto de dicha señal. Patosa.
Mientras el ánade se sumergía ensemejantes elucubraciones, paseaban por los alrededores otros dos ejemplares de su misma especie. Jóvenes, como él, de igual apostura. Un macho y una hembra.Como todos los patos de aquel estanque, al llegar a esa zona donde las aguas son más espesas y tenebrosas, daban un rodeo. Demasiada oscuridad en el fondo. Noles agradaba tanto misterio. Y miraron estupefactos a aquel osado joven que se había adentrado hasta aquellos lares para hacer… ¿qué? Se quedaron un ratomirando, presos de su ignorancia y de su estupefacción. Incluso lo criticaron positiva y negativamente porque el patito, al no constatar su presencia, ni loshabía saludado y menos había salido del lugar. A saber el por qué.
Fragmento del cuento ‘’Uno es multitud. Tres son compañía’’ de María Teresa Aláez García.
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