Nuestro destino no esta escrito ni en las estrellas ni en los genes
Páginas: 2 (302 palabras)
Publicado: 5 de marzo de 2012
Nuestro destino no está escrito ni en las estrellas ni en nuestros genes
Por qué somos como somos? La pregunta es difícil y la respuesta compleja. Hay quien la busca en los astros yconfía a los signos zodiacales la responsabilidad del destino personal: “nací bajo el signo X, por lo tanto, por él, estos son, mis inclinaciones y mi carácter...”.
Respeto laastrología, a menudo más por juego que por credibilidad, la genética parece ofrecer una vía más creíble para el conocimiento de sí mismo al ser humano. Claro, la ciencia es el fruto másmaduro de nuestra capacidad de entender como funciona la vida. Sin embargo muchos, demasiados, tienden a interpretar la genética en modo supersticioso, paseándose entre magos y adivinos.Astros y ciencia, no bastan; nuestro destino no está escrito en las estrellas y tampoco en nuestros genes de forma determinada. Nos lo construimos nosotros mismos. No de la nada, sino de los“materiales” que hemos recibido. Algunos son biológicos, otros morales.
La genética puede explicar el color de los ojos (y hasta en parte, la predisposición a ciertas enfermedades);pero para justificar nuestro comportamiento pensamos en los modelos que se nos proponen y a la elección que hacemos de parecernos al uno o al otro; también a la decisión de serexactamente el contrario de los modelos que importarían a los demás.
No siempre, somos conscientes de ciertas elecciones que a lo mejor se remontan a una edad muy precoz y desaparecieronde la memoria, pero si atribuimos el comportamiento de cada uno de nosotros a nuestra responsabilidad en vez de descargarla sobre los demás, podremos controlarlo más fácilmente ocambiarlo, según el caso.
Para concluir, todos los científicos auténticos ponen las cartas sobre la mesa: nuestros actos no son el producto de la ruleta genética.
MARGOTH DINARTE
Por qué somos como somos? La pregunta es difícil y la respuesta compleja. Hay quien la busca en los astros yconfía a los signos zodiacales la responsabilidad del destino personal: “nací bajo el signo X, por lo tanto, por él, estos son, mis inclinaciones y mi carácter...”.
Respeto laastrología, a menudo más por juego que por credibilidad, la genética parece ofrecer una vía más creíble para el conocimiento de sí mismo al ser humano. Claro, la ciencia es el fruto másmaduro de nuestra capacidad de entender como funciona la vida. Sin embargo muchos, demasiados, tienden a interpretar la genética en modo supersticioso, paseándose entre magos y adivinos.Astros y ciencia, no bastan; nuestro destino no está escrito en las estrellas y tampoco en nuestros genes de forma determinada. Nos lo construimos nosotros mismos. No de la nada, sino de los“materiales” que hemos recibido. Algunos son biológicos, otros morales.
La genética puede explicar el color de los ojos (y hasta en parte, la predisposición a ciertas enfermedades);pero para justificar nuestro comportamiento pensamos en los modelos que se nos proponen y a la elección que hacemos de parecernos al uno o al otro; también a la decisión de serexactamente el contrario de los modelos que importarían a los demás.
No siempre, somos conscientes de ciertas elecciones que a lo mejor se remontan a una edad muy precoz y desaparecieronde la memoria, pero si atribuimos el comportamiento de cada uno de nosotros a nuestra responsabilidad en vez de descargarla sobre los demás, podremos controlarlo más fácilmente ocambiarlo, según el caso.
Para concluir, todos los científicos auténticos ponen las cartas sobre la mesa: nuestros actos no son el producto de la ruleta genética.
MARGOTH DINARTE
Leer documento completo
Regístrate para leer el documento completo.