Palabras de una bulímica
Eran las 11 de la noche y mi mente recién comenzaba a adentrarse a las ya usualespreguntas que me venían asaltando durante el pasado tiempo. La verdad es que no me puedo hacer una idea de cuando comenzó todo, si fueron los últimos meses o los pasados años, pero cada día al caer elsofocante y prematuro sol de verano (en primavera) la idea iba tomando mayor forma y a un ritmo acelerado. Era una especie de relación proporcional al calor de las noches, mientras más nos adentrábamos auna primavera que pronosticaba ser la más calurosa de los últimos 4 años, peor se ponía mi visión de mi misma, Al Gore se sentiría orgulloso.
Era tercer día consecutivo que me tocaba dormir enropa interior sobre el plumón para poder conciliar el sueño. Mi cuerpo se movía nervioso sobre la cama buscando algún resquicio de frío que se colase por las esquinas, pero mi flamígero organismo ya sehabía encargado de anular cualquier posibilidad de que esto ocurriese. Jugaba con los dedos de mis pies buscando algún calcetín inexistente que poder arrancar mientras mi vista, fija en el poema deRobert Frost que aún no terminaba de escribir en la muralla de mi habitación, repasaba una y otra vez las palabras intentando recordar el sentido por el cual las había escrito ahí.
Some say theworld will end in fire.
Al parecer las palabras del norteamericano ya se estaban volviendo realidad y no me quedaba más que esperar el momento justo en que alguna llama surgiera del fondo de...
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