Pequeña Novela

Empezaba a molestarme el hecho de que todos me dijeran cosas que sinceramente, no me importaban. Contarme sus problemas amorosos no me divertía en lo más mínimo. Sobre todo considerando que yo no tenía nada para contarles al respecto. Sentarme horas y horas al lado del teléfono, escuchando las historias de Martina, que parecían no acabar nunca. Historias que se repetían una y otra vez y a lasque no les hallaba ninguna emoción, al contrario, me ponían histérica. Sentía que todo el mundo se complotaba para hacerme sentir una perdedora, sobre todo cuando venían con esas estúpidas ideas de “buscarme un novio” ¿Quién les dijo que yo quería uno? Y de todos modos si hubiera querido uno, yo me lo conseguiría.
Fue una de esas mañanas de noviembre, en la que todos están revolucionados por losexámenes finales, que andan con las ojeras hasta el suelo y con una histeria insoportable. Caminaba de un lado a otro del curso, repitiendo la teoría de la relatividad, cuando Nicolás se me acerco para preguntarme si quería ir al cine con el y unos amigos. La situación de histeria también me afectaba, asique no fui muy apacible al momento de contestarle.
_ ¿Por que no te vas un poquito a lamierda? Encima que vengo con la mejor onda para hacerle un favor a tu amiga me contestas mal_ reacciono luego de mi respuesta.
_ ¿Hacerle un favor a mi amiga? ¿Qué amiga?
_ Rosario, me pidió que te invitara a algún lado. Parece que no sos muy buena con los chicos_ me dijo acompañándolo con una risa burlona.
_ Rajá estúpido. No necesito salir con nadie y menos con vos_ le contesté rebosando mihisteria, que ya se había convertido en impotencia.
_ Mirá nena, no te contesto porque sos mina pero ¿Sabes las cosas que te diría?_ se fue igual de enojado que yo, insultando bajo. Rosario trataba de disimular que había visto la escena, con los ojos metidos en sus apuntes. No me faltaron los pies para correr hasta su banco y pegarle un grito que creo, escucharon hasta los del entrepiso.
_ Perdon,perdón, perdón!_ me suplico con cara de “no me mates”.
_ ¿Sos tonta o te haces Rosario?_ le volvi a gritar_ ¿No crees que sea capaz de conseguirme un novio por mi propia cuenta?
_ Si Euge, lo que pasa es que nunca estas con nadie y pensé que lo que querias era que alguien te invite. No se, me parecio.
_Bueno, te pareció mal. Si no te pido ayuda, no me ayudes ¿dale?_ le dije con una sonrisacínica y me aleje para seguir repasando, cosa que se me hizo imposible después de aquel episodio.
A la salida ya estaba todo bien. Rosario se paso el dia pidiéndome perdón y diciendo cosas como: “Encima con Nicolas que es un gil. Soy una tarada”, a lo que yo le daba la razón.
Llegué a pensar que tal vez mi soledad se debía a algo en especial. Y siempre trataba de convencerme a mi misma que era porqueno quería o porque los hombres ocasionaban muchos problemas. Imponia una muralla ante cualquier relación que veía aproximarse. Cuando de pronto, comprendi que solo era una forma de ocultar mi miedo. Sí, tenía miedo. No podría definir exactamente a qué, pero reconocer que era una cobarde era un gran paso.
No tenia las agallas suficientes para reconocer que a lo mejor, mas de una vez me habíavisto atraída por una persona. O habían despertado cierto interés en mi. Era demasiado orgullosa para aceptar que alguien podría realizar cambios bruscos en mi vida emocional. Pero… empezaba a sentirme demasiado sola… demasiado distanciada de la sociedad, o siendo menos extremista, excluyéndome de la gente de mi edad; las cuales parecían tener la mayor facilidad para relacionarse con las personas delsexo opuesto. Solo yo, con mi pequeña fobia a la sociabilización me sentía diferente a todos los demás.
No se si Dios escucho que estaba cayendo a la realidad, o fue un golpe de suerte. Pero en esas semanas en las que había llegado a esta triste conclusión de que mi vida era un fracaso y que era una antisocial en potencia, llego la solución a mis problemas. Algo que antes veía totalmente...