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Ying Yang



Jugaba mis 16 años con la tiranía de vivir cosas nuevas, era un adolescente y estaba ávido de experiencias que poder contar, así que decidí ir a un rave, un festival de aficionados a la música house, techno, o psycho; que generalmente se celebra sin autorización en un edificio abandonado o al aire libre. Estaba ahí y miraba como pasaba la gente, como bailaban, como se enajenabany se descontrolaban con las canciones sin letras que envolvían el ambiente, mientras tanto yo prendía mis cigarros para extinguir mi angustia y mis labios partidos, los ojos cafés que llevaba en ese tiempo estaban heridos por un antiguo amorío, quizás por eso me encontraba ahí; para distraerme.
Por mi parte continuaba caminando y observando como se divertían, con ese sentir de lo electrónico ylo psicotrópico, observe como una chava llegaba a una casa de campaña (habían varias por cierto), no apartaba mis ojos de ella, era linda aunque creía que igual y no eramos compatibles, no tardaron los cuestionamientos de mi razón en llegar, sobre todo cuando hacía patéticamente visible mis ganas de conquistarla “es demasiado linda para mi”, “se ve que somos muy diferentes”, “no soy su tipo”, “¿sepodría fijar en alguien como yo?”, “ya no seas tímido, no pierdes nada”, así fue como mi mente y mis dudas hacían participe de una posible conquista, que fue para mí algo importante.
El frío empezaba a cubrir la madrugada y a lo lejos podía ver, grupitos felices de chicos y chicas alrededor de fogatas, echas en tarros de basura, bebiendo cervezas y alcohol, fumando, drogándose, unos estabanvestidos como si fueran parte de una cultura antigua y danzaban.
Volví mi mirada hacia la chava que previamente había visto, la muchacha era pequeña, diminuta con la fragilidad más intensa, menudita, de tez clara, blanca como la cocaína que andaba aspirando, su cara asimilaba todavía la inocencia de una niña, no vi la maldad en su rostro, pero si el horror del frío y la sequedad, quizás abandonó algoo tuvo problemas con su familia, tal vez no pasaba nada; pero mi cabecita infería en sucesos para pasar el rato.
La cuestión es que éste ángel (a mis ojos), estaba entre los chicos de la fogata y yo solo y de pies sobre el terreno, cuidando que nadie atentara contra mi toma, mi conquista, mi revolución.
Decidí ir y contarle lo que sentía, o tal vez simplemente estar cerca de ella, clavar misojos en los suyos esperar, olerla, quien sabe; encendí un cigarro y llegue junto a ellos y un gordo me gritó: “¡Hey chamaco cagón! no seas culo y rólame un cigarro”, reí y le di un cigarro, sabiendo que el tipo simbolizaba una de las cosas que odio en este mundo, tenía pinta de ser el gandalla que acostumbra a burlarse de las personas, mi menudita ángel me miraba y sonreía, yo nerviosamente mirabahacia otro lugar, de pronto veo que el gandallin le ofrece sentarse y le convida de su cerveza, ella bebe un sorbo enorme, como de adulto, lo devuelve, el tipo sonríe galanamente y algo empieza a decirle en el oído, la chava claramente estaba ebria, el tipo sonríe y la abraza, ella me mira, clava sus ojos a los míos y empieza a caminar a mi dirección, el gandallín quedó abrazado de la nada ycomentándole al silencio sus mentiras, la chava me tomo de una forma inesperada y me beso tan fuerte, yo mucho y nada sabía de besos, así que me dejé llevar, su sabor era una combinación de algo bueno y malo a la vez, una succubus se dibujó en mi memoria, una niña con cara de ángel, pero maleada con esa fragancia de cerveza, cigarro y drogas que la rodeaba, todos quedaron en silencio, la hermosachiquitilla besaba al desconocido a los ojos de todos los presentes alrededor de la fogata, debo admitir que me invadió el miedo, pues yo no los conocía y no sabía como iban a reaccionar después del acto suscitado con su amiga, cerré los ojos para dejarme llevar por el momento, cuando uno de ellos gritó, ¡qué hijo de puta! y me iban abrir pero otro de ellos interrumpió diciéndome ¿por qué no nos invitas...