Poesias

AMOR DE MADRE.

AUTOR: LUIS TIJERINA.

Con la esperanza en los ojos
hacia el horizonte abiertos,
y una canción en el alma
donde se arrulla un recuerdo.
En un barco que se antoja
de fortaleza remedo,
regresa a la Madre Patria
una mujer de mi pueblo.

Es larga la travesía
para llegar hasta el puerto,
en donde el padre del chico
entristecido y enfermo,
espera a la esposa amanteque dejó en el extranjero
por no exponer a la muerte
a su hijito, que era el primero.

Con la criatura en los brazos
llena el alma de silencio
la madre media las horas
de aquel ansiado regreso.
Mientras que los pasajeros
que contaban más de ciento,
inventaban distracciones
hijas del aburrimiento.

Todos contaban hazañas
en que la muerte era un juego.
¡Quien venció en una ventanapeleando con un espectro!
¡Quien desafío una tormenta
con relámpagos y truenos,
y qué joven en la selva,
no derribó leones fieros!

En alegres carcajadas
ellos, pasaban el tiempo.
Y era la muerte un juego
y un buen entretenimiento.
Sólo la mujer contaba
las horas de aquel regreso,
pensando que la esperaba
su compañero en el puerto.

Una tormenta espantosa
les sorprendió en el senderode aquel viaje, cuando estaban
casi por llegar al puerto;
las olas embravecidas
con furia fueron creciendo,
y era el cielo una amenaza
y era la mar un infierno.

De pronto, crujió la nave,
y sus costados se abrieron
ante los ojos de espanto
de valientes y altaneros
el capitán y sus hombres
más que valientes, ligeros,
los botes de salvamento
al instante dispusieron.

Con la criaturaen los brazos
y su vida defendiendo
del pánico de las gentes
que hacía las lanchas huyeron.
La pobre madre se oculta en el un rincón
en un rincón traicionero,
implorando de rodillas
la clemencia de los cielos.

El capitán la descubre
en el instante postrero,
cuando ya la última lancha
iba a desfilar al puerto;
y grita desesperado:
¡Un momento compañeros!
¿quién hace lugar paradocomo hombre y caballero?

Solo para uno hay lugar,
contestan, si esta ligero,
pero si tarda, nos vamos
antes de quedarnos muertos,
¡Sólo para uno hay lugar! …
iba el eco repitiendo
¡Sólo hay un lugar!
La madre lo estaba oyendo…

De pronto rugió una voz
que resonó como trueno.
Era el capitán del barco
que decía desde su puesto:
se necesita un valiente
de esos que venían diciendo,que peleaban con fantasmas
en el mismo infierno.

Pero nadie respondió
del bravo marino el reto.
¡Solo para uno hay lugar! …
la mar siguió repitiendo.
Y entonces el capitán
dijo, cual si fuera un eco.
Sólo para uno hay lugar
señora, mucho lo siento.

Sálvese usted, yo me encargo
de rescatar al pequeño,
y de entregarlo en sus brazos
ante Dios me comprometo.
Pero, pronto, déme al niño,sálvese usted, se lo ruego.

Las olas embravecidas
en su furia y desenfreno,
no pudieron acallar,
de aquella mujer su ruego.
¡Primero el niño que yo,
por el cielo marineros!

¡Salvad al niño! les grita,
su padre ya esta muerto en el puerto,
entregádselo en sus brazos,
os lo ruego marineros.
Y decidle que la madre
con el capitán a muerto,
porque no hubo ni un valiente
que lecediera su puesto.

Una montaña de espuma
cubrió el barco en un momento.
Pero ya estaba en la lancha
salvavidas, el pequeño.
La madre lo contemplo,
más que llorando, sonriendo,
y al hundirse entre las olas,
la tarde se iba muriendo.

Cuando renació la calma
y el mar acallo su trueno,
pudieron ver azorados
los cobardes pasajeros,
como un hombre contemplaba
más que vivo, casi muerto,
lainmensidad de los mares
que sepultó sus anhelos.

Y como sobre sus brazos,
levantaba a su pequeño
para mostrárselo al mar
llorando su desconsuelo
y decirle: “¡Te llevaste
a la mujer de mis sueños,
más no pudiste matar,
a una madre su pequeño!”
DESPEDIDA

Conque entonces, adiós. ¿No olvidas nada?
Bueno, vete... Podemos despedirnos.
¿Ya no tenemos nada qué decirnos?
Te dejo, puedes...