politica britanica en el rio de la plata

POLÍTICA BRITÁNICA EN EL RÍO DE LA PLATA
Raúl Scalabrini ortiz
•DESCUBRIMIENTO DEL TEMA
Hubo una Nación sin realidad: La República Argentina, hasta el año 1929 vivió confiada en la limitada magnitud material de su porvenir. Se llevaba a cabo una certidumbre hacia el futuro que se cotizaba en el mercado de valores. El pueblo y el gobierno flotaban en el optimismo de opulencia, alejado de todaposibilidad de análisis. Nadie esperaba legar a poseer los frutos del trabajo para gozarlos, sólo se los gozaba de antemano, mediante hipotecas, adelantos bancarios y todo tipo de préstamos.
El capital del país no era un detalle importante. El Estado acompañaba al país en el sostenimiento de esa superficial ingenuidad. Ninguna ley argentina establecía diferencias entre el capital argentino y elcapital extranjero, como si la propiedad de las cosas no tuviera consecuencia alguna.
Las leyes argentinas no se las podía deducir con la realidad de la vida argentina. Había 12 mil leyes argentinas, pero ninguna se proponía resolver un verdadero problema local. La irrealidad alcanzó un extremo, que los estadistas medían los grados de la riqueza por monto de las deudas que los banquerosextranjeros les permitían contraer. El pueblo, a pesar de su sagacidad y de su intención natural, carecía de indicios para presumir que se estaba enajenando el patrimonio nacional y que alguna vez debería reconquistarlo con sangre o ser humillado hasta la casi esclavitud. Por eso, mientras hubo reservas privadas o del Estado que vender, la república flotó en una atmósfera ficticia de irrealidad, deoptimismo y de confianza, aunque el pueblo sentía potencias inconcretables contenían su espontaneidad.
Un partido político sustituía a otro sin más variación que el desalojo de algunos dirigentes. Los enemigos se motejaban los unos a los otros, se ridiculizaban con apodos y hasta se herían con infames referencias a la vida privada. Las conveniencias de la nación quedaban al margen de las polémicas y delas discrepancias, como si su dirección se hubiera estado directamente encomendada a la divina providencia y no a los hombres de gobierno.
En 1916 surgió el primer presidente elegido por el pueblo, Hipólito Yrigoyen, que era un instintivo que obraba a tientas y acertaba y erraba con igual probabilidad. Adoptó como bandera la libertad política, y la seguiría proclamándola hasta cuando la libertadpolítica estuviera subordinada a la capacidad económica. Yrigoyen gobernó el país desde 1919 hasta 1930, en que fue depuesto milagrosamente por un pequeño grupo de audaces que aprovechó con fortuna el malestar causado por la iniciación de la crisis. Pudo hacer poco a favor del país. Desde el punto de vista de la economía los gobiernos radicales no se desemejan en mucho de sus antecesores. Elpueblo argentino no olvidó nunca que, durante la guerra, Yrigoyen supo mantener contra viento y marea la neutralidad argentina, a pesar de la terrible presión ejercida por el gobierno inglés en el comercio externo e interno, en los diarios, en los libros de algunos intelectuales tontamente venales y hasta en el Parlamento. Luego Yrigoyen estuvo encerrado los dos últimos años de su vida en la cárcel,murió bajo gobiernos enemigos, cercado por una celosa custodia policial, 1 millón de argentinos le llevó a la tumba con ese dolor de pueblo que había perdido un amigo con quién fue ingrato en vida.
Luego nos encontramos con el Nacimiento de la realidad: A mediados de 1929, durante la segunda presidencia de Hipólito Yrigoyen, un malestar turbó el satisfecho compás de la mecánica social argentina. Ladisconformidad económica subía como marea, ahogando todas las preocupaciones. Primero, fueron desarmonías dispersas, restricciones en la prodigalidad y ligeros esbozos de deudas sobre el progreso sin límites. El suceso alarmante aconteció más tarde. Después de 35 años de firmeza, el valor del peso desmedraba sin causa razonable que lo justificara. Buenos Aires hasta esa fecha había vivido...