Por Una Cultura Del Aprecio

Por una Cultura del Aprecio[1]

Sinú Romo Reza

Hace sólo unas cuantas décadas, en nuestra región del país las pedagogías más extendidas eran las que se acompañaban de dolor, de ridiculización, de exposición y, sobre todo, de culpa y vergüenza.

Algunos extremos eran especialmente paradójicos como los que se referían a promover en las niñas y los niños el cuidado de su persona con frasescomo ojalá que te rompas la cabeza para que aprendas o, peor aún, este castigo es por tu bien o te pego porque te quiero. Las justificaciones de este abuso iban desde la intención honesta de fortalecer el carácter de cada educando, promover un código de valores relacionado con la ética de “la sobrevivencia del más apto” hasta el ejercicio abusivo del poder del docente o del padre o de la madre.Hoy día, hablar del maltrato a las niñas y los niños es como hablar del pasado bárbaro, distante y poco civilizado. Cuando por alguna razón llega a la luz pública un caso de violencia directa contra niñas o niños le damos el tratamiento que se le otorga a un objeto anacrónico, los diagnósticos y las recetas se dictan en relación con “modernizar” y, en el caso del magisterio, con “actualizar”.

Laviolencia es algo que sucede, en el peor de los casos, en los sitios de mayor pobreza, en donde el medio demanda niños y niñas capaces de sobrevivir. Estos argumentos son más o menos recurrentes cuando se trata de identificar la violencia en una colonia o en una comunidad. Siempre deseamos que la violencia y el maltrato sean algo totalmente ajeno y lejano a nosotros.

Sin embargo, a pesar deque todas las personas estamos de acuerdo en que la convivencia tolerante debe ser la norma y que las manifestaciones de violencia como alternativa de enseñanza están superadas; en la vida diaria la norma es lo inverso, la pedagogía del maltrato y la resolución violenta de los conflictos es lo que ocurre con más frecuencia; el buen trato es la excepción.

Es necesario revisar con atención tresaspectos. El primero tiene que ver con el significado de la violencia, el segundo con la eficacia de las pedagogías del maltrato y buen trato, el tercer aspecto va encaminado al tipo de ética que promovemos y practicamos.


La violencia interiorizada

Para Paco Cascón y Rafael Grasa, la violencia es una actitud o comportamiento que constituye una violación o un arrebato al ser humano de algo quele es necesario como persona (integridad física, psíquica o moral, derechos libertades,...). Puede provenir de personas o de instituciones y puede realizarse activa o pasivamente. La definición que ellos proponen tiene otros elementos; sin embargo, esta primera parte es suficiente para empezar a entender lo que significa violencia. En principio de cuentas hay que subrayar que la violencia es unaactitud y no sólo un comportamiento, aunque también lo es.

El modelo que hemos desarrollado y del cual hablaremos más adelante, plantea que las capacidades y competencias para la resolución noviolenta de los conflictos tiene tres niveles, el primero es el de las nociones, que es el conjunto de conocimientos adquiridos en conferencias, seminarios o lecturas; el segundo nivel, es el de lashabilidades, se refiere a las cosas prácticas que hacemos para resolver los conflictos y que es necesario aprender; finalmente, las actitudes, entendiendo por actitud una impresión que se le agrega a las acciones y que reflejan una serie de emociones y significados de la acción.

Por ejemplo, en el acto de saludar, incluso cuando se usan los mismos gestos, las mismas palabras y las mismas acciones,hay importantes diferencias actitudinales al saludar a una persona querida que al saludar a una persona que nos es indiferente. Estas diferencias se perciben en sutiles actos del lenguaje verbal, del tono de la voz y de variaciones protocolares que aún no están escritas. Estas pueden ser mirar a los ojos, hacer un recorrido visual de ojos-pecho-manos, variar la altura de las manos, el tiempo, la...