Prats, patrimonio cultural
Páginas: 145 (36002 palabras)
Publicado: 8 de septiembre de 2015
LLORENÇ PRATS
ANTROPOLOGÍA Y PATRIMONIO
Prólogo de
JEAN-CLAUDE DUCLOS
Editorial Ariel, S.A.
Barcelona
PRÓLOGO
El patrimonio, en el seno de nuestras viejas sociedades latinas, es el legado del padre que recibimos
en herencia y que nosotros transmitimos a su vez en aras de la continuidad del linaje. Conviene
recodar esta antigua definición, a pesar de los valores culturales, morales oreligiosos que puede
vehicular; no sólo por su sencillez sino también por la imagen y el punto de referencia que
proporciona.
La imagen del legado que una generación deja a sus sucesores para que la vida continúe no
parece haber perdido validez sea cual sea el patrimonio al que aludamos.
Como punto de referencia ha pasado a ser para nosotros una verdadera necesidad. Esta palabra
aparece con tantafrecuencia en el discurso actual que todo cuanto nos rodea, desde lo individual a
lo colectivo y de lo concreto a lo intangible, puede convertir de pronto en patrimonio. La razón de
esta expansión semántica es de sobra conocida. El fantasma de la ruptura y el desorden que ésta
parece provocar ha conducido a nuestras sociedades, enfrentadas a cambios excesiva rápidos, a
buscar en el patrimonio un “refugiocompensatorio”. 12 Por ello, la sociedad demanda a las
instituciones que asuman en su nombre transmisiones que ya no son operativas, que reconozcan,
preserven y defiendan todo aquello cuya desaparición podría a mediano y largo plazo amenazar su
existencia, es decir, sus entornos naturales y culturales, sus identidades, sus valores.
¿Qué se puede decir de esta actitud? ¿Que revela el desconciertode nuestros
contemporáneos ante el incierto futuro? ¿Que este repliegue sobre los logros del pasado es la justa
consecuencia de nuestras insuficiencias actuales? ¿Que la nostalgia, que no a sido jamás fuente de
creación, es el recurso de los débiles? ¿Que acabaremos por sucumbir sepultados baja la
acumulación de <> en que se han convertido los objetos en desuso que amontonamos ennuestros museos? ¿Que es necesario dejar de “obedecer a una moda contagiosa” 13y de ir
“masificando” a diestro y siniestro? La mayoría de trabajos y análisis sobre procesos de
patrimonialización concluye invariablemente con ese tipo de denuncias o invectivas. Pero ¿Para
quien resultan de utilidad estas obras? Ciertamente no para aquellos en la observación de cuya labor
se basan y a los cuales, por otraparte, no están destinadas, quedando fuera del dominio de su
interés. La propuesta que nos plantea Llorenç Prats es por completo distinta. A la manera de un
“médico de comunidades), este antropólogo las examina y ausculta, en su espacio y época, tanto sus
componentes como sus contradicciones, sus desfallecimientos y sus potencialidades. No juzga y,
por tanto, no condena.
Rechaza prejuicios yrecetas y no pretende justificar ninguna formulación previa. Al contrario,
desmonta los engranajes de un mecanismo caprichoso y multiforme, observa los hechos con método
y lucidez, escogiendo para cada caso las lentes adecuadas; y, sirviéndose del apoyo de la
experiencia de sus propios estudios, intenta comprender. No denuncia la patrimonialización como
uno de los males de este fin de siglo, sino quenos viene a decir que debemos comprender su
significado actual y ver como esto puede ayudar a los que trabajan en primera línea. La cuestión
es: ¿De que conocimientos, experiencias y instrumentos disponemos para analizar la situación con
12 Pierre Nora, Le Monde (1996).
13 Ëdouard Pommier, “proliferation du musée” Le Débat, N.º 65 ( 1991 ), pp. 144-149.
mayor claridad. Evitando así vanosesfuerzos, la esterilidad de volver una y otra vez al principio,
para que el método seguido sea, en definitiva, lo mas fructífero posible?
En los primeros capítulos de su libro, Llorenç Prats procede a fijar los conceptos referidos al
patrimonio tal como se entiende en la actualidad. <
ANTROPOLOGÍA Y PATRIMONIO
Prólogo de
JEAN-CLAUDE DUCLOS
Editorial Ariel, S.A.
Barcelona
PRÓLOGO
El patrimonio, en el seno de nuestras viejas sociedades latinas, es el legado del padre que recibimos
en herencia y que nosotros transmitimos a su vez en aras de la continuidad del linaje. Conviene
recodar esta antigua definición, a pesar de los valores culturales, morales oreligiosos que puede
vehicular; no sólo por su sencillez sino también por la imagen y el punto de referencia que
proporciona.
La imagen del legado que una generación deja a sus sucesores para que la vida continúe no
parece haber perdido validez sea cual sea el patrimonio al que aludamos.
Como punto de referencia ha pasado a ser para nosotros una verdadera necesidad. Esta palabra
aparece con tantafrecuencia en el discurso actual que todo cuanto nos rodea, desde lo individual a
lo colectivo y de lo concreto a lo intangible, puede convertir de pronto en patrimonio. La razón de
esta expansión semántica es de sobra conocida. El fantasma de la ruptura y el desorden que ésta
parece provocar ha conducido a nuestras sociedades, enfrentadas a cambios excesiva rápidos, a
buscar en el patrimonio un “refugiocompensatorio”. 12 Por ello, la sociedad demanda a las
instituciones que asuman en su nombre transmisiones que ya no son operativas, que reconozcan,
preserven y defiendan todo aquello cuya desaparición podría a mediano y largo plazo amenazar su
existencia, es decir, sus entornos naturales y culturales, sus identidades, sus valores.
¿Qué se puede decir de esta actitud? ¿Que revela el desconciertode nuestros
contemporáneos ante el incierto futuro? ¿Que este repliegue sobre los logros del pasado es la justa
consecuencia de nuestras insuficiencias actuales? ¿Que la nostalgia, que no a sido jamás fuente de
creación, es el recurso de los débiles? ¿Que acabaremos por sucumbir sepultados baja la
acumulación de <
“masificando” a diestro y siniestro? La mayoría de trabajos y análisis sobre procesos de
patrimonialización concluye invariablemente con ese tipo de denuncias o invectivas. Pero ¿Para
quien resultan de utilidad estas obras? Ciertamente no para aquellos en la observación de cuya labor
se basan y a los cuales, por otraparte, no están destinadas, quedando fuera del dominio de su
interés. La propuesta que nos plantea Llorenç Prats es por completo distinta. A la manera de un
“médico de comunidades), este antropólogo las examina y ausculta, en su espacio y época, tanto sus
componentes como sus contradicciones, sus desfallecimientos y sus potencialidades. No juzga y,
por tanto, no condena.
Rechaza prejuicios yrecetas y no pretende justificar ninguna formulación previa. Al contrario,
desmonta los engranajes de un mecanismo caprichoso y multiforme, observa los hechos con método
y lucidez, escogiendo para cada caso las lentes adecuadas; y, sirviéndose del apoyo de la
experiencia de sus propios estudios, intenta comprender. No denuncia la patrimonialización como
uno de los males de este fin de siglo, sino quenos viene a decir que debemos comprender su
significado actual y ver como esto puede ayudar a los que trabajan en primera línea. La cuestión
es: ¿De que conocimientos, experiencias y instrumentos disponemos para analizar la situación con
12 Pierre Nora, Le Monde (1996).
13 Ëdouard Pommier, “proliferation du musée” Le Débat, N.º 65 ( 1991 ), pp. 144-149.
mayor claridad. Evitando así vanosesfuerzos, la esterilidad de volver una y otra vez al principio,
para que el método seguido sea, en definitiva, lo mas fructífero posible?
En los primeros capítulos de su libro, Llorenç Prats procede a fijar los conceptos referidos al
patrimonio tal como se entiende en la actualidad. <
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