Presentando el DAWN OF WAAAAGH !!
LOBO ESPACIAL
Una novela de los Lobos Espaciales William King
timunmas
Prólogo
Asalto a Hespérida
Todos los edificios del entorno estaban ardiendo. Ragnar avanzó a duras penas en medio de la vorágine de la batalla, gritando órdenes a sus hombres.
—Hermano Hrolf, ¡quiero que disparen dos misiles perforantes contra ese emplazamiento avanzado ahora mismo! El resto formad y preparaospara entrar en tromba tan pronto como vuele la puerta.
Los asentimientos resonaron en los microrreceptores que los enlazaban con la red de comunicación. Ragnar corrió desde la entrada en la que había estado resguardándose hasta un enorme bloque de pared de ladrillos caído que estaba unos veinte metros más cerca de su objetivo. Los impactos de láser del enemigo fundían el hormigón tras sus talones;sin embargo, pese a su ser- voarmadura, se movía con demasiada rapidez para que los herejes lo alcanzasen. Dio un salto para caer en cuclillas tras un montón de escombros y esperó unos instantes.
El ruido atronador de la artillería pesada llenó el aire. En la lejanía pudo oír el rugido de los motores de las Thunderhawk y las numerosas explosiones sónicas cuando éstas reducían su velocidaddesde la zona suborbital. Mientras observaba, brillantes relámpagos amarillos perforaban las plomizas nubes y hacían visibles las naves artilladas. Nubes de misiles se desprendían de sus alas y se precipitaban hacia tierra para machacar las posiciones de los herejes. Comprobó sus armas con la precisión nacida de un siglo de experiencia, respiró hondo, musitó una plegaria al Emperador y esperó.
5Tenía plena conciencia de todo. Los latidos de su corazón primario eran regulares. Su cuerpo estaba reparando ya las leves heridas y rasguños que le había causado la metralla. Podía sentir cómo se cerraba un ligero corte en su cara. Sus sentidos, mucho más agudos que los sentidos humanos que había tenido en el pasado, mantenían un flujo constante de información sobre lo que estaba pasando en elcircundante campo de batalla. De cerca podía oler la reconfortante presencia de sus hermanos de batalla, un compuesto de ceramita endurecida, aceite, la carne de Fenris y los sutiles marcadores que le indicaban que no eran totalmente humanos. Y más aún, podía captar los débiles indicios de las fe- romonas de la rabia, del dolor y del miedo bien controlado.
Revisó su armadura para asegurarse deque su integridad no había sido resquebrajada. En varios lugares se percibían algunos impactos de la metralla que había rebotado en la ceramita endurecida del caparazón. En dos puntos encontró ampollas sobre la pintura que indicaban el fugaz impacto de un rayo de arma láser. En uno de esos puntos había una astilla visible sobre la almohadilla del hombro, la cual estaba rasgada por la bala de unbolter al atravesar el elevado armazón. Nada serio. Los servomotores que activaban la poderosa armadura de combate solían trabajar al setenta y cinco por ciento de su capacidad inactivos en la mayoría de los sistemas para ahorrar energía. Los autosensores incorporados al traje le informaban de los débiles indicios de contaminantes y de un residuo de las neurotoxinas que los herejes habían usadoen su ataque sorpresa contra las fuerzas leales cuando empezaron la rebelión.
Nada que resultase preocupante, se congratuló Ragnar. La capacidad de su cuerpo para metabolizar el veneno apenas iba a tener trabajo. Se había enfrentado a venenos suficientemente potentes para producirle dolores de cabeza, espasmos musculares y mareos mientras su cuerpo se adaptaba a la presencia de éstos. Losdolores actuales estaban muy cerca de ser tan potentes como aquéllos, pero pese a todo las cosas no parecían estar tan mal. A decir verdad estaba disfrutando con aquella situación. Después de un mes de meditación en su celda de El Colmillo y de una semana encerrado a bordo de uno de los grandes cruceros estelares del Imperio en ruta hacia esta guerra menor, estaba ansioso por entrar en acción. En...
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