Probabilidades intuitivas

Páginas: 5 (1225 palabras) Publicado: 23 de junio de 2015
-¿Sabes? No importa qué sea lo que el destino nos depare. Siempre que cierres tus ojos, mírame ahí, porque en el aire estaré siempre para ti.-le había susurrado él al oído. -Prométeme que nunca me olvidarás.
-Te lo prometo. Tú prométeme a mí, que pase lo que pase, jamás dudarás de mi amor.
-Te lo prometo.

Aún puedo sentir el suave golpeteo de mi corazón y su acelerar a medida que él se acercabaa mí. La frenética emoción que hacía que temblaran mis rodillas, y que se agolpara en mi interior la sensación de querer arrojarme a sus brazos. Aún en este frío calabozo, puedo sentir el calor que me embargaba cuando él posaba su mano en mi mejilla. Aún destrozada y herida puedo sentir cómo este amor nunca me dejará, crecerá en mí hasta no encontrar más límites. Aunque para este sentimiento yaes demasiado tarde.
-Al fin y al cabo, mañana será otro día -me había dicho mi tía en muchas ocasiones. Su voz hoy resuena en mis oídos, dulce, cariñosa y dolorosa, porque, seguro mañana ya no será otro día.
Quisiera correr por el campo, bajo el radiante sol y después ir con mi hermano, acariciar la suave lana de las ovejas de su rebaño y reír, pero todas esas sensaciones, ya no son más querecuerdos, solo recuerdos... recuerdos como la sonrisa de él, que hoy me parece tan lejana.
Necesito que se le ilumine el rostro y que yo sea la razón. Como aquella primera vez que nos encontramos. Yo había ido al pozo más lejano de nuestra pequeña cabaña. Recuerdo lo pesado que estaba el balde como para subirlo por mí misma, por lo que casi caigo dentro de la noria, pero sentí unas delicadas perofirmes manos en mi cintura que me ayudaron a no caer.
El sol que apenas pasaba las altas montañas del frágil amanecer lanzó sus rayos al joven caballero que me había salvado. Topacios por ojos de una vida no deseada. Cuando él me sonrió, recuero haber pensado en que jamás había visto algo más hermoso, y lo sigo pensando.
De la fascinación pasé a la sorpresa. En cuanto reconocí a mi salvador, realicé mimejor reverencia, algo patética de verdad.
-Mi lord. -Recuerdo haber murmurado atónita.
- Señorita, me sorprende, hace mucho no veo a una bella doncella con deseos suicidas, -me había dicho con una sonrisa. No pude evitar sonreír también.
-¡Es la hora! -El feroz grito del guardia me trae de nuevo a la realidad, sabía que no tardaría mucho. Me enderezo y camino hasta la enorme puerta de metal.Hay cinco guardias que esperan para custodiarme. Atan mis manos y me empujan hacia el exterior.
El sol hace que ardan mis ojos, hacía días que no veía ningún tipo de luz. Alzo mi mentón lo más que puedo, tratando de aparentar algo de dignidad, aunque de eso ya no me queda nada. Sé que también puede pasar por un acto de rebeldía, pero soltarme a llorar y que me vean derrotada no me dará ningunaoportunidad, nada lo hará, y aunque fuera así, jamás daría rastros de estar arrepentida, porque no lo estoy.
Aun cuando él duda de mí, sé que su corazón sabe que todo cuanto le han contado es mentira y sabe que jamás haría algo parecido. Trato de encontrarlo entre la enorme multitud que aclama mi muerte, pero no logro encontrarlo. Seguro está junto a su padre, en los tronos, lugar de la realeza.Cuando mi mente se aclara, puedo ver a todo el pueblo alzándose contra mí. El mismo pueblo al que le han hecho tantas injusticias y no ha sabido unirse en contra del mal gobierno. Hoy recuerdo gélidas las palabras de mi hermano en una de las tantas hogueras: “Un pueblo se muere de hambre, pero ellos revisten sus vírgenes de oro. Si es verdad que existe un Dios que trabaja de sol a sol, cuando la santainquisición te invite a confesar, di que nunca pediste opinión”.
Frente a la Santa Sede, lo único que me queda es irme con la absoluta seguridad de que nunca hice nada para merecer una humillación así. Un guardia me empuja y caigo en los duros y fríos escalones. Me duele mi mejilla por el golpe. Me levanto como puedo mientras escucho las risas de la gente burlarse de mí.
Me paran frente a todo...
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