Purometal

Tengo que admitir que a veces las cosas no pueden explicarse de una manera lógica. Simplemente ocurren. Las coincidencias parecen sucederse una tras otra, como si el Universo completo se confabulasepara que todo ocurriese siguiendo un orden establecido. A veces para que nos sucedan cosas buenas y a veces para que nos sucedan cosas negativas.

Mi nombre es Lynda Morris. Para que se hagauna idea sobre mi persona, le diré que me gradué en Psicología y Derecho. Siempre me consideré una persona que sólo creía en lo que veía. Alguien escéptico con todo aquello que no fuese matemático oque se basara en datos científicos verificables en un laboratorio. Sin embargo, en mi familia no todos eran como yo.....



Una persona peculiar

Mi abuela fue una de esas personas a las quegustaba mucho los temas de parapsicología, el esoterismo y el mundo espiritual. Era considerada por los demás como una persona buena y amable. Me llamaba mucho la atención el hecho de que mucha genteacudía a verla para pedirle consejo y ayuda. Aunque yo entraba y salía como niña que era, entendía que las consultas eran sobre cosas que preocupaban a los visitantes de todas las edades. Temas derelaciones amorosas, trabajo, dinero, negocios, matrimonios, malas rachas, salud, deseos que querían ver cumplidos y mucho más.


Mi abuela tenía mucha fama, se corrió la voz de que podíaayudar a la gente con sus recetas mágicas. Recibía muchos regalos de personas agradecidas. Yo no sabía cómo sucedía. Simplemente observaba y me admiraba de lo bien que todo el mundo hablaba de ella.Cuando tenía 8 años me trasladé con mis padres a otra ciudad y crecí en un ambiente diferente. Estudié y me gradué. Después comencé a trabajar como abogada. A pesar de la distancia y durantemis años de ausencia no perdí el contacto con mi abuela. En una de mis visitas mi abuela me encontró algo afectada. Cuando me preguntó, le comenté que me preocupaba un caso que estábamos llevando...