Que torero mas barbaro

|¡ Qué torero más bárbaro ! |

- ¡ Lo ha matado ! ¡ Una cornada[1] en el vientre! gritaban en los tendidos.
Pero Gallardo se levantó entre las capas y los hombres que acudieron a cubrirle y a salvarle. Sonreía, se tentaba el cuerpo, levantaba después los hombros para indicar alpúblico que no tenía nada. El porrazo[2] nada más y la faja[3] hecha trizas. El cuerno sólo había penetrado en esta envoltura de seda fuerte.
Gallardo marchó hacia la fiera con su ceguedad[4] deimpulsivo como si no creyese en el poder de sus cuernos luego de salir ileso[5], dispuesto a matar o a morir, pero inmediatamente, sin retrasos ni precauciones. ¡ O el toro o él ! Veía rojo, como si susojos estuviesen inyectados de sangre. Escuchaba como algo lejano que venia de otro mundo, el vocerío de la muchedumbre aconsejándole serenidad.
Dio sólo dos pases y de pronto, con celeridad deensueño, se lanzó sobre el toro, dándole una estocada que sus admiradores llamaban de relámpago[6]. La bestia, tras loca carrera, fue a caer en el extremo opuesto de la plaza, quedando con las piernasdobladas y el testuz junto a la arena, hasta que llegó el puntillero[7] para rematarla.
El público pareció delirar de entusiasmo. ¡ Hermosa corrida ! Estaba ahíto de emociones. Aquel Gallardo no robaba eldinero: correspondía con exceso al precio de la entrada. Los aficionados iban a tener materia para hablar tres días en sus tertulias[8] de café. ¡ Qué valiente! ¡ Qué bárbaro....¡ Y los másentusiastas, con una fiebre belicosa, miraban a todos lados como si buscasen enemigos.
- ¡ El primer matador del mundo! Y aquí estoy yo, para el que diga lo contrario.
El resto de la corrida apenas llamó laatención. Todo parecía desabrido[9] y grís tras las audacias de Gallardo.
Cuando cayó en la arena el último toro, una oleada de muchachos, de aficionados populares, de aprendices de toreros...