Relato

Viaje a lo Inesperado
Todo comenzó un 20 de mayo del 2013 cuando la Profesora de práctica ingresa al curso a dar su clase y nos comenta que las prácticas del segundo cuatrimestre se realizarían en el Barrio San Isidro sur de Rivadavia Mendoza, más conocido por la comunidad como “El bajo”. La mayoría de los estudiantes se alborotaron y manifestaron que estaban en contra de esa decisión.
Yo veíay escuchaba todo lo que mis compañeros decían y la verdad que no entendía nada, miles de pregunta cruzaron por mi cabeza en esos momentos, porque yo no conocía ese barrio y jamás había escuchado hablar de él, ¿Por qué se oponen tanto? ¿Qué habrá en ese barrio que la mayoría no quiere ir? ¿Eran sólo prejuicios lo que los llevaba a mis compañeros a pensar y decir lo que decían de él?
Ese día volví acasa con toda una incertidumbre que no me dejo dormir. Al día siguiente volví al terciario y me dedique a preguntar e investigar porque ese rechazo de partes de mis compañeros a la idea de ir a ese barrió. Muchos me empezaron a decir que ese lugar se caracterizaba por vivir gente de muy malas mañas, que la mayoría se drogaba en las esquinas, que no les gustaba que las personas que vivían del otrolado del canal entraran a su comunidad y si lo hacían terminaban mal, a muchos les robaban y hasta les pegaban.
Me quede muy sorprendida de todo lo que escuchaba, aunque debo reconocer que hubieron algunos que me comentaron que la gente de ahí eran como la parte olvidada de Rivadavia, la sociedad sobrante, esa que no servía para nada, la que solo estorbaba. Pero que en realidad eran todasfamilias muy necesitadas, que vivían rodeado de un basural, donde tanto los padres como sus hijos vivían de lo que ese basural podía brindarles. Eran todos sujetos de derechos como yo, como ustedes, como cualquiera en esta sociedad, pero con una gran diferencia entre ellos y muchos ciudadanos de esté nuestro país, sus derechos eran negados, vulnerados.
Durante días hubo discusiones y enfrentamientosentre los que querían concurrir al lugar y los que no, al final llegamos a un acuerdo que fueran los que quisieran y tuvieran ganas de ir y los que no que siguieran yendo a las escuelas.
Pasaron los días y llego el momento tan esperado, por lo menos para mí que tenía muchas ganas de llegar a ese lugar totalmente desconocido y nuevo del cual había recibido distintas representaciones sociales. Era unlunes a la tarde nos habíamos quedado en juntar en una esquina antes del canal para entrar todos juntos con la Profesora, cada uno llevaba algo para compartir con los niños de ese lugar, habían quienes llevaban bizcochuelo, galletitas, masitas dulces, tortas, agua caliente para preparar un té o mate cocido. Se hicieron las 18hs., y llego el momento de entrar.
Tantos sentimientos y sensacionesencontrados sentí a medida que iba ingresando al barrio, era como entrar a un lugar donde mi vida podía correr mucho riesgo o todo lo contario donde mi vida podía cambiar pero para bien, eso no lo sabría sino hasta ingresar y dejarme interpelar por la gente que allí vivía.
A medida que íbamos ingresando comencé a observar a mi alrededor y pude ver casas precarias, niños descalzos jugando, caritas deniñas que transmitían mucha ternura pero al mismo tiempo en sus ojos se podía ver la tristeza y el dolor que sentían. Sin duda no faltaban esos grupo de chicos que estaban en las esquinas sentados haciendo sus cosas, pero al verlos me quede sorprendida de algo, que cuando ellos me vieron no me miraron mal al contrario miraban con un gesto de agradecimiento y saludaban a todos muy cordialmente.Llegamos al salón comunitario del barrio Manos Unidas, y fue asombroso como un grupo grande de niños corrían hacia nosotros con mucha alegría y felicidad gritando “Seño, seño vinieron” y al llegar a donde estábamos nos abrazaban y nos besaban (esas muestras de cariño que llevo grabada en mi memoria, cariño sincero y desinteresado). Nuestra profesora nos presenta a los chicos y padres del lugar y...