Religión, perspectivas de la virtud y el vicio

Francisco Javier Duarte Jove
Religión, perspectivas de la virtud y del vicio.
Introducción
El marqués de Sade, personaje francés del S. XVIII, considerado filósofo por algunos, aberrante y depravado por otros, poeta por algunos más, es a mi parecer un personaje innovador, que rompe con sus propuestas los esquemas previamente establecidos, esencialmente se remite a las cuestiones de la ética,entendiendo ésta en el sentido de ¿cómo hemos de vivir?. Podríamos entender un poco a este autor, teniendo en cuenta el contexto en el que vivió, es decir, la revolución francesa, por lo tanto, entendemos que éste forma parte de la serie de cambios que acontecían, es producto de la nueva sociedad que se reformaba en todos los aspectos, y en lo que le atañe a Sade, es parte de los cambios éticos,morales, religiosos, etc. Si estamos de acuerdo de que el contexto social en el que crecemos nos determina tanto en la forma de pensar y nuestra cosmovisión, y aunque estos pueden irse modificando gradualmente si se tiene la conciencia necesaria, aun así no podremos pensar de manera totalmente diferente, o en su caso, si pensamos de manera contraria al sistema, aun así seguiremos siendo parte de él,como un absceso, en este caso, el contexto en que Sade vivía, él funge como ese absceso de pus social, como ese crítico a la religión, a las premisas morales, a la perspectiva del vicio y la virtud. Es ese punto donde el sistema, por sus vicios, ha creado su salmón que intenta ir contracorriente.
El problema que atañe a este ensayo, es reflexionar precisamente sobre las críticas que hace Sade,esencialmente me enfocaré a las cuestiones de la virtud, comenzaré indicando que la virtud, en primera instancia, y en la forma que utiliza el autor este concepto, es un derivado de la religión cristiana, sin embargo, no digo que sea una creación de ésta, sino bien una adaptación del término, pero esto lo trataré más adelante. Trataré en primera instancia la concepción religiosa que percibe Sade,la cual es eminentemente un recurso que indica las pautas para vivir, el cómo vivir, como actuar, etc. Para Sade, la religión funge un papel controlador, por lo tanto rechaza tales estereotipos de vida, e incluso me atrevería a decir que se pueden notar ciertos elementos que después se retomarían en el existencialismo francés, esencialmente el rechazo a la creencia en mundos supra terrenales ometafísicos, como el paraíso cristiano, y precisamente Sade propone ese “volcarse” al mundo, a la existencia efímera del humano. Ciertamente cuestiona que, si el ser humano se torna a su existencia en el mundo físico, plantea al contrario de la religión el cómo ha de ocuparse la existencia ¿atendiendo a estándares planteados y recomendados por el hijo de un carpintero llamado Cristo, como Nietzschelo denomina, o volcándose a lo que sus seguidores han de llamar vicio o maldad? Precisamente Sade propone que estos términos son condicionados por la misma religión, pero estos pueden alterarse en función de la perspectiva individual o subjetiva.
Acorde a la propuesta de Sade, la virtud y el vicio serían determinados por los estándares de la doctrina cristiana, lo cual crea dos categorías: lobueno y lo malo. Dentro del pensamiento cristiano me parece que hay dos factores que determinan la condición moral de lo bueno, que es aquello que se asemeja o imita las acciones de Cristo y que cumple con las recomendaciones de este, por ejemplo: amar al prójimo, perdonar, rechazar los vicios, etc. Y en segundo término, las consideraciones eclesiásticas o de la religión institucionalizada, en lacual desde apóstoles hasta las convenciones, edictos, concilios, etc. Condicionan o aumentan características a lo que es bueno.
A partir de esas dos ramas que nutren el contenido del término “bueno”, Sade, en su personaje Justine, crea una mujer que desde la infancia está inmersa en esta idea de bondad, y que incluso siendo una cuestión abstracta la lleva a la práctica, lo cual parecería implicar...