Reseña Tour Finca Argovia

Con la lluvia apresurando el ritmo y un cielo poco prometedor nos embarcamos en el transporte que nos llevaría a nuestro destino….Finca Argovia Resort.
Con los ánimos apenas despertándose en latemprana mañana empezamos el recorrido de 40 km. desde la ciudad de Tapachula, dejándola atrás con la añoranza de volver cargados de buenas vivencias. Tan pronto tomamos la carretera que sería la arteriaque transitaríamos durante 45 minutos aproximadamente, los cambios de clima en el aire aunados a la fresca llovizna matutina hacia que nos reserváramos las expectativas de nuestro viaje, pero elpaisaje y su benevolencia hacia que estas subieran cada vez más.
Entre pláticas sobre la vasta naturaleza y la fortuna con la que los habitantes de la zona soconusco contamos, el recorrido se volvió enuna interesante charla sobre el tesoro al cual nos dirigíamos.
Después de encontrar el final del camino de asfalto y percibir los primeros brincos de nuestros cuerpos provocados por las piedras quesustituirían el pavimento por los próximos 10 o 15 minutos, la excitación por llegar era ahora, un pasajero más que se apoderó irremediablemente de nosotros después de esa última curva, en la cualdejamos atrás todo recuerdo de la calurosa Tapachula y nos encontramos de frente con la belleza arquitectónica del edificio principal de la Finca Argovia, que junto a su admirable entorno naturalnos abre la puerta a una experiencia completamente diferente a nuestro original punto de partida 40 km atrás.
Recibidos calurosamente por el actual dueño Bruno Giesemann Eversbusch quien encabeza lacuarta generación de caficultores que han administrado esta finca después de haber sido adquirida por el alemán Adolf Giesemann a finales del siglo XIX. Nos introducimos hacia el restaurant “tierrade café” mientras los primeros rayos de sol atravesaban esas nubes grises que viajaron con nosotros durante todo el trayecto, para disfrutar de la primera sorpresa que la finca Argovia tenía...