responsabilidad profesional
Pero en todas las almas, y particularmente en el alma de un verdadero universitario, quedasiempre un margen de autonomía intangible e irreductible, por la cual todos somos responsables de nuestras obediencias y de nuestras rebeldías, por más que busquemos un sabio o unaautoridad a quien transferir sin reserva y con absoluta confianza nuestra decisión. y la razón es que todos los hombres se pueden equivocar, y que ese sabio absoluto y esa autoridad no existen.El acudir a la autoridad no es medio para librarse de la responsabilidad; pues, tanto el obedecer como el desobedecer a esa autoridad entrañan responsabilidad.
Sería absurdo rechazarel criterio de la autoridad, de la sociedad, y de los prudentes consejeros; pero ni el buscar consejo, ni el obedecer, jamás pueden significar el abandono de la responsabilidad. Por dondeinferimos que la verdadera responsabilidad siempre debe apelar a la propia conciencia en última instancia.
Si el deber es sentido como obligación, decimos que el sujeto "responsable."Si el sujeto no siente nada (por sinvergüenza o estar en la luna), decimos que se trata de un "irresponsable."
La imputabilidad es la simple atribución de un acto aun jeto determinado.
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