Santidad y apostolado

Santidad y apostolado

Si preguntásemos a distintos creyentes qué entienden ellos por santidad, probablemente nos encontraríamos con respuestas muy diferentes. Sin embargo, con seguridad todos ellos asociarían en ellas, de una manera de otra, la noción de santidad cristiana con un ideal de plenitud; porque en esta palabra, en este concepto, la tradición ha visto siempre, y ha intentadosintetizar, lo más valioso de la experiencia humana y cristiana[1].

Luego ya, según se esté aludiendo más en concreto al Padre, al Hijo, al Espíritu Santo, al hombre, a la Iglesia, a la vida, al amor, a la comunidad, al compromiso creyente, etc., el contenido preciso de la santidad se irá introduciendo en aspectos que variarán bastante de una definición a otra. Aunque, eso sí, en todas ellasaparecerá constantemente la referencia a Dios, el único Santo, fuente, modelo y referencia permanente de toda santidad, sea cual fuere el punto de vista desde el que la estemos considerando. Porque si se quiere tratar de santidad, Dios y su misterio han de andar siempre de por medio. Así, por ejemplo, se podrá conectar la santidad con el ser de Dios, con una de sus manifestaciones concretas, con losdones divinos comunicados a una persona, con la transformación del hombre por la acción de Dios para asemejarse más y más a Él, con la eficacia de la gracia... Y es que, en definitiva, sólo se puede hablar de santidad a partir de Dios, el Santo; en consecuencia, santo será todo aquél o todo aquello que Dios toca, en lo que interviene o influye, todo lo que viene de Él o a Él conduce.

Porceñirnos a una concepción de la santidad que pueda ayudarnos de manera particular a comprender sin dificultad sus relaciones con el compromiso apostólico de los creyentes, en estas líneas utilizaremos una noción de santidad que apunte, con los debidos matices, al proceso de configuración paulatina con la persona de Jesucristo, de conformación e identificación con Él, de divinización progresiva delhombre tomando como modelo la vida de Cristo: sus actitudes de base, sus maneras de actuar, sus objetivos fundamentales, su apertura al Padre, su Palabra recogida en los evangelios, su causa... Santificarse sería, según esta visión, parecerse cada vez más a Cristo, vivir como Él vivió, actuar como Él actuó, prolongar –actualizándola a nuestro aquí y ahora– su experiencia entre los hombres,continuar, con la ayuda y bajo la inspiración de su Espíritu, la obra que Él inició. Desde esta manera de concebir las cosas, ser santo significaría, fundamentalmente, ser cristiano, es decir, ser nuevos cristos que aceleren la llegada completa del Reino de Dios a nuestro mundo y a nuestra historia. A partir de esta idea de la santidad, sin más que dejándose llevar por el propio razonamiento, ya sepueden intuir sin dificultad cuáles podrían ser sus relaciones con el apostolado.

Al plantear las cosas de esta manera, no debemos olvidar ese carácter de proceso que hemos atribuido a la santidad. Ello implica que aquí, en esta tierra nuestra, nunca llegaremos a ser cristianos del todo, nunca seremos santos por completo, por más que podamos esforzarnos y aportar con generosidad a la tareatodos y cada uno de nuestros recursos personales. Esta actitud de base será fundamental, e incluso imprescindible, por supuesto, pero no bastará por sí sola para convertirnos en santos. Porque, de acuerdo con lo que los cristianos han creído desde los primeros momentos, nuestro proceso de santificación sólo concluirá, sólo será pleno, total, merced a la intervención gratuita y amorosa, en puro don,de Dios al final de los tiempos[2]. Debemos colaborar activamente en nuestra propia santificación, por supuesto; pero sólo seremos santos, en definitiva, porque Dios, en su amor gratuito de Padre, nos acogerá un día a su lado y nos regalará el inmenso don de ser como Él.

Dicho todo esto a propósito de la santidad, el abanico de posibilidades que abre la definición de apostolado es, por...