Sasas

De repente Julián se sintió tan desalentado a causa de la rutina que a diario tenía desde su casa hasta el trabajo, pero sin duda alguna lo que más le deprimía era susitio de trabajo. Una oficina donde él tenía que entrar de lado, pues la puerta no abría sino un poquito debido al arrume de carpetas con archivos que había por todo lado. Cadacarpeta era un caso de una persona distinta que contenía el sumario de los hechos acontecidos a cada quién, todos eran importantes, pero no todos eran recientes. Las hojaseran de tamaño oficio y los legajadores, tamaño carta; pero no todos eran así, cuando el gobierno cumplía con la dotación, esas eran las carpetas ordenadas. El polvo quelas cubría se levantaba cada vez que Julián tomaba una en sus manos y lo hacía estornudar, por eso su resfriado constante. Eran tres líneas telefónicas que sonabancontantemente, y cuando, menos sonaban, eran cada 2 minutos. Las ventanas casi siempre cerradas, cuando las abrían siempre volaban papeles, el ventilador dañado desde que él comenzósu trabajo, ya hacía más de dos años, así que el calor era sofocante.
El mismo Julián tenía a veces que comprar lapìceros porque el gobierno se atrasaba con lasdotaciones.
Aunque la habitación era amplia, tanto folder en arrumes que llegaban hasta el techo, el desorden que generaba la desigualdad de los tamaños de las carpetas, losmensajes escritos en hojas sueltas, el polvo que no cesaba, aunque él limpiara a diario, porque el gobierno se había declarado en austeridad y no pagaba servicio de aseo, elasedio de las familias de los reos y el resto de jueces pidiendo claridad en cada asunto de manera inmediata, estaba a punto de llevar a Julián al borde de una crisis nerviosa.