sistema penal acusatorio

REFORMA PENAL Y SISTEMA ACUSATORIO



Es innegable que en la actual realidad práctica de nuestro sistema de justicia penal son válidas muchas de las críticas que se han formulado en torno de la funcionalidad de dicho sistema, de que la justicia penal ha fracasado, porque no ha podido cumplir con los objetivos para los cuales fue diseñado y, por tanto, no ha logrado satisfacer las aspiracioneso reclamos de la colectividad, haciéndose evidente su crisis. Además, lejos de ser un sistema eficaz que garantice la adecuada protección de los intereses de los individuos y de la sociedad, se ha tornado en un instrumento con el que frecuentemente se incurre en abusos de poder y, por ende, en detrimento de los derechos de los ciudadanos.

Así las razones de la crisis pueden ser intrínsecas yextrínsecas.


Entre las razones intrínsecas están:


Existencia de leyes penales obsoletas (tanto sustantivas como procesales y ejecutivas).

Deficiencia en la procuración e impartición de la justicia penal, por los resabios inquisitivos que aún persisten en el enjuiciamiento penal, la ineficiencia en la investigación y persecución de los delitos, sobre todo ante fenómenos delictivoscon características muy complejas como la delincuencia organizada, que lleva aparejados rezagos, impunidad y pérdida de credibilidad hacia las instituciones de procuración de justicia.

Falta aún de real autonomía e imparcialidad del poder judicial; complejidad y lentitud de los procedimientos, por obsoletas e incongruentes normas y viciadas prácticas procesales.

Abuso de la prisiónpreventiva, deplorable estado de las prisiones, corrupción administrativa, personal poco capacitado.

Falta de una defensa más profesional, y la falta de una atención más adecuada a la víctima u ofendido del delito, cuya intervención en el procedimiento penal es muy limitada.

Carencia de coordinación entre los diversos sectores del sistema de justicia penal, que hace que cada uno funcionedesconectadamente y desarrolle y siga su propia política;


Y la falta de una política criminal integral debidamente planificada, basada en criterios uniformes según exigencias del Estado democrático de derecho, que comprenda prioritariamente un amplio programa de prevención general del delito y en el que sobresalgan las medidas de carácter no penal, de preferencia las de prevención generalpositiva.


Entre las razones extrínsecas, es decir, las que provienen de fuera del sistema, podemos señalar que algunas de ellas obedecen a la propia falta de funcionalidad del sistema penal, es decir, son su consecuencia, como es el hecho de que, aún cuando se emprendan acciones político-criminales oportunas, muy poco se cree en ellas y de ahí que las críticas continúen. Otras tienen que vercon la poca importancia que dentro de la política social general se le da a la política criminal y al sistema de justicia penal; en virtud de ello, muy poco se les asocia a los diversos programas y políticas sociales del gobierno, como son las políticas económicas, laborales, educativas, culturales, etc., por lo que, en la distribución de los recursos económicos sólo una parte reducida se destina alos programas de justicia (y seguridad pública). Debido a que los costos socio-económicos de la delincuencia, en cambio son muy altos y escasamente valorados. Existe muy poca participación ciudadana -sobre todo del ámbito académico especializado- tanto en el diseño como en el desarrollo y control del sistema de justicia penal, por lo que es común observar un distanciamiento entre políticacriminal y dogmática penal, es decir, entre práctica y teoría del derecho penal. Sin embargo, no puede negarse que con cierta frecuencia se observa una ingerencia negativa de ciertos medios de comunicación, sobre todo cuando se influye para inclinar el funcionamiento de la justicia hacia un determinado sentido, o sea, cuando por un interés distinto al de la justicia se la desvía o se la trata de...