Sistema politico venezolano
Los defensores de estas teologías, sin embargo, han crecido y siguen viviendo en dos vecindarios de la iglesia cristiana. No que existan barreras naturales entre ellos; sencillamente, es que, dadas sus múltiples actividades y preocupaciones, no han tenido niel tiempo ni la oportunidad para conocerse.
En los últimos años, sin embargo, ha habido señales de que los viejos territorios están cambiando o se están extendiendo. Hoy, los miembros de estos dos campos teológicos deben llegar a conocerse, a aprender el uno del otro, y a trabajar unidos en sus diferentes proyectos. Si pueden hacer esto, creo que podrán contribuir más creativa y eficazmente a lavida de la iglesia y del mundo.
Cada día se hace más claro cuán urgentemente la teología de la liberación y la teología de las religiones se necesitan mutuamente. En primer lugar desde la perspectiva de los que se preocupan por la liberación. La última década ha mostrado la importancia y el rol tan poderoso que la religión puede ejercer, ya para sea el bien o para el mal, para la transformación delas estructuras socio-políticas. (Como ejemplos diversos, tenemos el papel del Islam Shiíta en la revolución de Irán, el de la Mayoría Moral en la instalación y defensa del gobierno de Reagan, el de las comunidades cristianas de base en la implementación de la revolución en Nicaragua y la lucha por la misma en El Salvador). Algunos incluso llegarían a suscribir la amplia afirmaciónfilosófica-antropológica de los historiadores Arnold Toynbee y Wilfred Cantwell Smith, según la cual solamente por medio de la visión, la motivación, el poder derivado de los símbolos y experiencias religiosas podrá la humanidad vencer su egoísmo innato y luchador: solamente por medio de la esperanza y amor dispuesto al sacrificio de sí mismo nacido de la experiencia religiosa los seres humanos “podrán poseer laenergía, devoción, visión, resolución, capacidad para sobrevivir al desaliento que será necesario -que son necesarios- para el reto de construir un mundo mejor y más justo”
Lo que eso implica, y especialmente lo que los teólogos Latinoamericanos de la liberación necesitan ver más claramente, es que el movimiento de liberación necesita no sólo religión, sino religiones. La liberación económica ypolítica, y especialmente la liberación integral es demasiado grande para una sola nación, cultura o religión. Se necesita una cooperación intercultural e inter-religiosa en una praxis liberadora, y un compartir la visión teórica de la liberación. Harvey Cox defiende esto mismo con gran persuasión en su libro La Religión en la Ciudad Secular. Después de mostrar en la mayor parte del mismo que lagran esperanza para la relevancia del cristianismo en la ciudad secular no está en el fundamentalismo, sino en la teología de la liberación, en el último capítulo arguye que la teología de la liberación solamente podrá conseguir lo que pretende si “se separa de los contornos regionales” del cristianismo occidental y abraza “con mayor seriedad no solamente la experiencia religiosa de su poblaciónindígena, sino también las experiencias de las religiones del mundo”
De hecho, si la teología de la liberación quiere echar raíces en Asia y no solamente en Latinoamérica, no le queda otra opción que entrar en diálogo con las religiones Orientales. Como Aloysius Pieris, de Siri Lanka, recuerda sus colegas latinos:
La irrupción del Tercer Mundo (que clama por la liberación) es asimismo la...
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