Sobra un fulano







Fernando González Espinosa (LAP´76), es el primer egresado de la carrera de Licenciado en Administración de Personal en 1977. Trabajó como jefe de recursos humanos de la Comisión Constructora e Ingeniería Sanitaria de la Secretaría de Salubridad y Asistencia y, posteriormente, fue coordinador de programas de huertos familiares de la Secretaría de la Reforma Agraria. Comisionado en laregión de Lázaro Cárdenas, actualmente trabaja en la oficina distribuidora de productos hortícolas de FLORIZALES, compañía que se dedica a la exportación a los EE UU de frutas y legumbres

El espíritu del artículo se basa en una experiencia personal del autor.


Fernando González Espinosa (LAP ´76).


Lo que Usted leerá, a continuación, es una historia verdadera. Y Usted, como siempre,tendrá la última palabra.

Le solicito que lea con detenimiento y meditación y, si le es posible, lo haga en voz alta. Que analice si a Usted le sucede algo similar y que, si así fuere, lo comente con otras personas allegadas. Considero que este relato debería haberse intitulado: “¿Realmente, pero, realmente tenemos remedio los seres humanos?”.

Arriésguese a confiar en que esta lectura serábuena para su vida y yo le prometo, que al terminar de leerla, habrá descubierto un fenómeno que a todos nos afecta y entorpece; fenómeno que nos impide vivir con más responsabilidad y plenitud. Le ofrezco, así, la posibilidad de diferenciarse Usted mismo de sus propias ideas, de sus pensamientos, de sus sentimientos, de sus emociones, de su pasado, de sus circunstancias individuales o, mejordicho, de todas aquellas circunstancias que le rodean y, de manera especial, de esas circunstancias que no nos dejan en libertad para actuar y que nos impiden ser lo mejor de nosotros mismos.

Para que esta invitación que le hago cobre vida recomiendo, también, que en confianza la comparta con otros y así, juntos, quizás podamos ayudarnos a recordar que nosotros, los seres humanos, el ser quesomos, la persona que somos enclavada en un cuerpo físico y mental; no necesariamente tiene que obedecer y responder automáticamente y sin control a los estímulos, ya sean éstos internos o externos... ¿Acepta mi invitación? Veamos pues lo siguiente:

La historia que en esta ocasión narraré fue inspirada por el texto de un cartel que cuelga de la pared de algunas oficinas de la localidad y que, llevacomo título, “Hace falta un hombre...”, de Luis Álvarez Pastor quien, seguramente, inspirado en Diógenes (filósofo griego de antes de Cristo que buscaba a un hombre verdadero, irónicamente con una lámpara de aceite a plena luz del día y en un mercado), escribe una verdadera exaltación al hombre y que, a manera de introducción sintetizo aquí para, si no enterarlo, al menos sí recordarle dichainspiración.

Se puede leer en tal escrito de un hombre que hace falta y que hasta la fecha no se ha podido encontrar. Este individuo es un hombre que desconoce el pesimismo. Que es mesurado y justo. Incansable trabajador y febril colaborador. Un hombre a quien los problemas alientan en lugar de acobardarlo. Constante, respetuoso y humano. Que es puntual y eficaz, y que está siempre inspirado por eléxito. De altísima moral y, desde luego, incorruptible. Que ha nacido para mandar con acierto, pero también para obedecer prontamente. Para crear eternamente, y nunca para destruir. De franca y saludable sonrisa y de voz clara y pausada, enérgica y sonora; imperiosa y acariciante. Este hombre que hace falta, y que existe –termina diciéndose en el cartel- “... no sabemos dónde está y hemos deseguir la vida esperando y poniendo el cartel en la puerta con la leyenda: hace falta un Hombre...”.

Y yo, que soy quien les escribe esta historia, me he dado a la tarea desde hace ya bastantes años en encontrar a tan buscado hombre. Así que, con esta antigua invitación de Diógenes en mente, renovada ahora con la belleza de la pluma de Álvarez Pastor, he recorrido el mundo y la literatura; las...