Sobre El Trabajo Docente

Introducción

“Ser docente no es solamente dar clases”. La frase se repite una y otra vez entre quienes ejercen la profesión y será el eje de este documento, que reúne experiencias docentes que evidencian la tensión existente en el camino de búsqueda de control y sentido sobre el propio trabajo (o “autonomía profesional”, en palabras de José Contreras).
“Los docentes han sufrido o estánsufriendo una transformación tanto en las características de sus condiciones de trabajo, como en las tareas que realizan, que los acercan cada vez más a las condiciones y a los intereses de la clase obrera”, sostiene José Contreras. La profesionalización de la práctica, en tanto sofistificación de la técnica que apunta a una mayor cualificación profesional; al contrario de lo que se supone, atentacontra la autonomía, concluye el autor. La intensificación del trabajo y la separación entre concepción y ejecución, consecuencias palpables de la proletarización del profesorado, llevan a la docencia a una desorientación ideológica, que se resume no sólo en una pérdida de la autonomía sino también en una pérdida del sentido ético implícito en el trabajo docente. Reparar eso con más profesionalizaciónes la trampa que el autor descubre: “Una cierta recuperación de habilidades y de decisiones profesionales puede convertirse en una manera más sutil de control ideológico”. Sin embargo, concluye, que “es imposible que el profesorado abandone o que se le sustraigan todas las funciones intelectuales, como es imposible no conservar un sentido ético en el oficio docente”.
Más atentos a esta últimaconsideración que a los avances de las políticas de control práctico e ideológico disfrazadas de profesionalismo es que nos decidimos a encarar este análisis. Si la posibilidad de construirnos como docentes autónomos no viene dada por la apropiación de herramientas que califiquen mejor nuestro trabajo, qué hacer, por dónde empezar el camino hacia el libre ejercicio de nuestra práctica. Para empezar aindagar es que reunimos a docentes con disímiles trayectorias y los consultamos sobre aspectos que hacen a la multiplicidad de tareas contempladas en su trabajo, que exceden, claro está, lo estrictamente pedagógico; y las estrategias utilizadas para conservar lo que es imposible quitarnos: el sentido ético de nuestro oficio.
Repasadas las respuestas obtenidas intentaremos responder esteinterrogante: ¿se puede ejercer la docencia de manera autónoma en el marco de la institución educativa?

Desarrollo

Para empezar, nos resulta pertinente citar la formulación ontológica presente en el estatuto del docente de Capital Federal. Nos referimos al artículo 6, parte del Capítulo III “Sobre los deberes y los derechos de los docentes”:

ARTÍCULO 6
Son deberes del personal docente, sinperjuicio de los que, particularmente, imponen las leyes,
ordenanzas, decretos y resoluciones especiales:
a) sustentar y educar a los alumnos en los principios democráticos y en la forma de gobierno
instituida en nuestra Constitución Nacional (5) y en las leyes dictadas en su consecuencia, con
absoluta prescindencia partidaria y religiosa;
b) Respetar y hacer respetar los SímbolosNacionales y desarrollar en los alumnos un acendrado
amor a la Patria, inculcándoles el respeto por los derechos humanos y el sentido de la Justicia.
c) Observar una conducta acorde con los principios de la moral y las buenas costumbres y con las
normas de la ética en el comportamiento social.

Como definición del rol docente, el documento legal resulta una fuente limitada y abstracta, ya que nocontempla lo que efectivamente sucede en las aulas. Comprender esa limitación como margen de acción es la opción por la que, entendemos, se inclina una voluntad autónoma en el ejercicio de la docencia.
Con el objetivo de aproximarnos a una definición más completa es que entrevistamos a ocho profesores de diversas disciplinas que actualmente ejercen en escuelas medias de Capital Federal, Gran...