Socrates

Llevamos recorriendo juntos ya, seis clases… movilizadoras, reflexivas, y hasta iluminadoras… Iluminadoras de un camino que transito hace diez años en mi labor docente, pero que evidentemente lo hacía dentro de la “Caverna” (citando a la alegoría de la Caverna).
Recuerdo aquella primera propuesta de pensar que nos había motivado a comenzar el “Diplomado en Pedagogías de las Diferencias”, aúnguardo además en mi memoria que en ese momento elaboré rápida y mentalmente la respuesta… “Decidí estudiar el Diplomado para concluir mi formación de la Licenciatura en Pedagogía Social, y para tener además en mi trabajo el reconocimiento que brinda haber estudiado en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales”.
Es decir, más que interrogantes tenía certezas… ¿Certezas? Sí claro, de todoaquello tangible:
* Años de antigüedad en la docencia como maestra de escuela primaria y como maestra de adultos y adolescentes.
* Con el 98% de la carrera de Licenciatura en Pedagogía Social de la Universidad del Salvador.
¿Qué podría sorprenderme? Seguramente alguna nueva teoría, o un autor que no había leído aún, esto incorporaría en mí algún conocimiento interesante, pero siempre comocomplemento de lo que ya sabía...
Qué enorme, grata y asustadiza sorpresa tuve cuando comencé a leer el material bibliográfico…
En mi formación como pedagoga social, enmarcada dentro de los parámetros de las urgencias que afectan hoy a las instituciones educativas, nuestra misión es la de actuar, resolver, y alcanzar rápidamente una posible solución que sirva de paliativo (o al menos lo intente) ala situación problemática en la que se interviene, pero poco margen o espacio poseemos los docentes en general, para reflexionar sobre nuestras prácticas, haciendo muy difícil poder repensar en conjunto nuestro quehacer cotidiano.
La sorpresa que viví, mencionada anteriormente está vinculada a esto: al leer la propuesta de la primera clase, donde el eje residía en hacernos una pregunta motivadora,y “ver de nuevo a ver si lográbamos ver diferente”, sinceramente me complicó el propósito de lectura que tenía en ese momento (propósito de resumir y comprender el texto como simple texto informativo o expositivo)
Walter Kohan me invitaba a repensar, a MÍ, que me sobraban las certezas.
Me decidí y me sumergí en los interrogantes planteados y comencé por cuestionar mis propias posturas,opiniones y conceptualizaciones construidas por mi experiencia y realidad…
Frente a las preguntas:
* ¿Es posible que existan maestros?
* ¿Es posible que existan maestros de verdad?
Comencé a plantearme cuestiones previas que debía aclarar antes de esbozar una posible respuesta a lo anterior, entre varias cito las más resonantes:
* ¿Qué es ser maestro?
* ¿Qué clase de maestros sonnecesarios en nuestros escenarios escolares?
* ¿Soy una maestra de verdad?
* ¿Puedo afirmarlo si recién en este momento me lo estoy cuestionando?
Si esta posición del MAESTRO DE VERDAD, hace alusión a la transmisión pedagógica y/o a maestros que no simulan ser lo que son y que además de acuerdo a Michel Foucault se debe asociar e incluir el poder a la verdad… Me llevó a reformular y completarla pregunta planteada por el autor con todas estas aristas:
* ¿Es posible que existan maestros de verdad que ejerzan de manera pedagógica el poder que da el enseñar y que favorezcan el aprendizaje de quienes son parte fundamental de esa relación?
Evidentemente para poder responder este interrogante debería recorrer los textos propuestos para intentar como conclusión esbozar un posiblerespuesta a este pilar fundamental de nuestra labor.
Al presentar a Sócrates como el primer maestro (que enseña sin enseñar) me resultó llamativo el hecho de la carencia de su legado escrito en primera persona; y el siguiente eje problemático que se me presenta tiene que ver con que este personaje de la historia niega de acuerdo a sus convicciones (o al menos lo que otros autores han escrito sobre...