Tarea

El corazón maldito

Con una carta, la llamé. Le dije que nos encontráramos esa noche. Frente a un antiguo templo de arquitectura barroca, se hallaba un hermoso jardín exuberante de verde, donde cuando niño me acercaba durante las tardes a leer algún libro sobre una banca de piedra gris, misma banca en la cual habíamos intercambiado muchas palabras en el pasado. Me escondí detrás de un granárbol, un encino cercano al centro y desde donde se podía observar una fuente cuidadosamente tallada de cantera blanca que servia como centro de aquella bella antesala al atrio del templo. Se acercaba el invierno, y aquella noche helaba como ninguna otra: podía ver mi aliento, danzando como fantasmas en el viento. Apreté con mi mano el mango de mi cuchillo, con aquel puñal –el arma de un cobarde- iba amatarla.

Cuando la vi llegar, a duras penas pude contener mi ansiedad. Hermosa e inocente, con aquella sonrisa tan típica y desentendida, como negada del mundo, se acerco al momento que mi respiración se aceleraba, y mi corazón retumbaba con fuerza, con un sonido sordo y penetrante. Por un momento ni los insectos hicieron ruido, en total silencio solo podía escuchar sus pasos sobre la hierba ymi corazón latiendo con fuerza en mi garganta, quizás también el suyo. Con una palabra que parecía mas un gemido, la llame por su nombre, y al momento ella vino hacia mí, con aquella patética sonrisa. Estaba tan solo a unos pasos de mí cuando no pude más, iba a matarla y no pude contener más mis ansias. Al instante arremetí contra ella y, tomando mi arma con ambas manos, atravesé su carne en unlugar entre su pecho y su hombro, transformando así su rostro en una mueca de horror e incertidumbre, y rápidamente, en un rostro que no mostraba más que terror. El sonido de su carne al ser atravesada, el delirio de la hoja desgarrando la piel y su sangre tibia brotando de aquella herida fueron acompañados por un gemido patético, y luego, ella gritó. Fue un aullido desgarrador, un alarido deterror, reconfortante, doloroso, patético y terrible. Tambaleándose, callo de rodillas. Le ateste un golpe en el rostro, y empujada hacia atrás callo de espaldas en la piedra fría. Intento incorporarse, pero me coloque sobre ella y pude sujetarla. Ella, indefensa no suplicó, no amenazo, solo me miro con aquellos ojos verdes profundos. Y aunque claro terror, no vi duda ni confusión en sus ojos, ellasabia lo que procedía. Tome mi puñal, y alzándolo con ambas manos lo clave con fuerza en su pecho, atravesando su corazón con un sonido ahogado, como un trueno quemante, como un estruendo: el estruendo de un último latido más poderoso que ningún otro, y solo acompañado de un leve y patético gemido. Retire la hoja, y al momento que la sangre salpico mi rostro arremetí contra el corazón maldito una vezmas, y otra, una tercera, una cuarta. La apuñale hasta que perdí el aliento, y por un momento me quede atónito, jadeante y aturdido, solo conciente del olor metálico de la sangre y el latido de mi propio corazón como el retumbar de un tambor en mi garganta, y nada mas.

Cobre conciencia de mi mismo tras lo que en mi mente fue una eternidad, para levantar el rostro y contemplar la mascara de lamuerte sonrosada, su mueca no más de terror, sino de resignación, o de indiferencia, o de burla, su cabello empapado de rojo, y aquellos ojos verde penetrantes, vacíos que como una flecha me atravesaban certeros, atravesando cada fibra de mi ser. No pude soportarlo, y para callarla comencé a golpearla en el rostro tratando de borrar esa mirada mientras mis puños desfiguraban esa mueca con elsordo sonido que se escucha cuando los nudillos aplastan con fuerza la cara una, y otra y otra vez. La golpee hasta que su sangre de nuevo salpico mi rostro, y continué aplastando su rostro con mis puños hasta que mis propias manos sangraron, en un frenesí que comenzó como odio, pero con el paso de los minutos se convirtió en terror puro, continué hasta que su rostro no fue mas que una mancha...