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EL CONDE DE MONTECRISTO: la venganza se sirve fría, por Alejandro Dumas.

14 Aug 2007, por javi :: Literatura: "los 50 libros elegidos por LR", :: Literatura: Comentarios de libros, ¬> Aventuras, ¬> Narrativa en otros idiomas4 Comentarios | 3,223 visitas

Estimado Señor Dumas:
Nos mueve enviarle esta carta, que a bien tendrá usted el leer, el exquisito milagro que su obra causó en nuestroshabanos. Como prueba adjuntamos una cajita de puros que esperamos tenga la bondad de fumar. Podrá ver que en su honor les hemos otorgado el nombre de “montecristos”. Humildemente le rogamos nos conceda la licencia de, en el futuro, seguirles llamando así y que tal vez quede como muestra de todo lo bueno que una simple obra puede promover.

Atentamente:
Un servidor



Quiénle iba a decir a aquel esforzado orador cuando, como cada jornada y con voz lo más alta y monótona de la que era capaz, empezó en aquel tropical día a leer aquel libro, uno más de otros tantos. Se dirigió a su auditorio de trabajadores de la fábrica de puros, allá, en Cuba. Y, si bien era un día más, no pasaba lo mismo con el objeto de sus declamaciones. La obra que estaba empezando a leer era elConde de Montecristo. Según avanzaba en su relato su voz se hacía menos potente, más íntima. Truncó la monotonía de la que llevaba años haciendo gala y comenzó a aterciopelar sus pausas y acentos. Ya no hacía falta: los trabajadores de la fábrica habían dejado, en la medida de lo posible, la producción de habanos en segundo plano. Prestaban no solo sus oídos como anteriormente en otras lecturas,sino casi toda su atención ante la introducción de personaje tan afortunado y honorable como Edmundo Dantés.“pero a falta de enemigos, puede ser que tenga algún envidioso. Usted va a ser nombrado capitán a los diecinueve años, cargo elevado en su carrera; se va a casar con una bonita mujer que le ama, lo cual es una dicha rara en todas las situaciones del mundo; estas dos preferencias del destinohan podido crearle envidiosos.”

A la vez que cajas y cajas de tan finos puros iban siendo producidas, avanzaban las venturas de Dantés, y, al igual que la estola marca un buen cigarro, se iban grabando las cuitas del personaje en sus cabezas. Más de uno bramó ante la traición de que fue presa Edmundo, todos clamaron ante tamaña vileza e injusticia cuando el protagonista perdió todo: mujer,fortuna, posición y libertad por culpa de la envidia, celos y codicia. Alguno incluso románticamente pensaba en la tragedia que suponía el hecho de todo acaeciera precisamente en el banquete de los esponsales. Cuando le condenaron a la muerte en vida en la prisión de “If” todos sin excepción se abatieron. Las miserias que dejaban en sus casas al ir a trabajar en la sucia fabrica -no muy diferente a lacárcel que guardaba a Dantés- las olvidaban, solo existían las de Edmundo.
De esta manera, sin prestarles atención, iban haciendo los puros.

La historia avanzaba; nuestro orador cada vez modulaba mejor la voz: ora pronunciaba los desgarrados lamentos del prisionero con desalentador acento, ora gritaba y agitaba las manos en los momentos en que la locura y desenfreno aparecían. Cuando elpersonaje del abate Faria cobró protagonismo, los empleados vieron en él a ese venerable abuelo que nunca tuvieron, a alguien que les enseñara el mundo antes de que ellos mismos por los propios golpes de la vida lo aprendieran. Cuando el anciano murió, ni la fuga de Dantés les consoló.

Así su pena y su esperanza a la vez, y la congoja ante el futuro del protagonista, quedaban también impresas enel sabor del tabaco.

La historia avanzaba; se veían a sí mismos en una bella isla mediterránea descubriendo el tesoro de los Borgia y urdiendo la terrible venganza. Se creyeron, junto con el protagonista de la novela, dioses dispuestos a castigar todo el mal que en sus cuerpos a fuego estaban grabado. Fue éste un viaje dantesco, haciendo buenos los dos nombres: del infierno al paraíso de la...