tatuajes

TATUAJE

“Todo arte es a la vez superficie y símbolo.
Por eso, los que entran debajo de la superficie lo hacen por su cuenta y riesgo.
Por eso los que leen el símbolo lo hacen por su cuenta y riesgo.
Es el espectador, y no la vida, lo que realmente refleja el arte.”
Oscar Wilde

El presente trabajo está escrito en forma de ensayo, pues surge de
pensamientos y reflexiones florecidos bajola lupa del tatuaje y sus usos. Es
así, como de un modo sublimado imprimo con tinta este papel a fin de ligar
retazos de mi práctica clínica con la escritura; movimiento semejante pero
encarnizado realizan las personas cuando con tinta se imprimen la piel. [¡El
sujeto elige arbitrariamente colocar en su propio cuerpo un significante!].
Advierto en mi breve recorrido por la psicología clínicaque las teorías
que he estudiado y abrazado muchas veces me posicionan, o bien al margen
de la realidad del paciente, o bien son prendas de manipulación, cuál lecho de
Procusto, hacia las actuales contingencias clínicas y diagnósticas.
Me refiero con esto particularmente al tratamiento teórico que Lacan
realiza con el concepto de palabra, relegando al cuerpo un lugar más silente.
No voynegar que la palabra es soberana en mi profesión, por ello
insistimos en nuestra condición de sujetos (sujetos de lenguaje); atravesados
por éste desde nuestra concepción, con un nombre y una historia previa
[historia de otro, pero anudada por un cordón que deja marcas en el propio
cuerpo].
Entonces, ¿qué es palabra? Lacan en su informe de Roma remite al
sujeto cartesiano, sujeto dualista[cuerpo/mente], dualismo que constituye la
base del edificio a la razón. Así, siguiendo al paradigma francés de la época,
señala a la palabra como único acceso a la verdad del deseo del sujeto.

Por ello, en nuestra práctica heredada seguimos identificando al diván
como facilitador del análisis, pues en éste el cuerpo yace quedando suspendido
por momentos, dando lugar a asociaciones de ideasescupidas en pos de una
verdad subjetiva.
Aquí es donde encuentro la particular diferencia, pues hoy mis pacientes
no quieren silenciar el cuerpo sino que lo muestran, lo exponen, lo sacan del
diván y lo asientan en el escritorio; quedándome atónita junto a los libros que
se deshacen a mi lado.
Entonces imagino: ¿qué pensaría hoy Lacan? No hay respuestas, pero
podemos advertir que el cuerpo enla actualidad se presenta diferente. Dice
Nasio: “quiero decir que el cuerpo está como estallado; este cuerpo no es el
mismo que aquel de mil años atrás. Nuestro cuerpo no es más el mismo,
aunque tenga la misma forma” (REISFELD 2004: 42).
No hablamos ya del cuerpo erógeno de la histeria que sintomatiza sino
de un cuerpo donde el conflicto deja de ser la sexualidad y pasa a ser... No lo
sé,me interroga esta ausencia de teorías, quizás el debate se presente entre
eros y tanatos [entre la unión y la fragmentación].
Experimento que la clínica me cuestiona y me obliga, pues es allí donde
encuentro con estas situaciones:
Suena el radio de guardia y el enfermero del triage me dice: “licenciada
volvimos a anotar a la paciente…” Respiré profundo y pensé: “otra vez esta
histeria”.
Lapaciente de 19 años era ya conocida en la guardia, pues había
recurrido a ella en numerosas oportunidades por presentar intensa angustia y
algunos cortes superficiales en la muñeca. Esta vez venía acompañada por su
madre, con quien ingresa al consultorio. Ante el llanto sin palabras de la hija, la
madre explica que “acaban de hacerse un tatuaje”.
La paciente muestra su brazo con lainscripción: “sos el sentido de
nuestra vida”. La tinta aún estaba fresca y la piel lastimada. La madre agrega

“ella hace tiempo quería hacerse un tatuaje y con su padre pensamos que es
bueno que recuerde siempre lo importante que es en nuestra vida; a ella le
gustó la idea”.
Sin comprender demasiado la escena sigo escuchando: “Nos pidió que
la traigamos a la guardia porque se puso triste al salir...