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ElGobierno lleva meses escarbando entre las piedras para encontrar márgenes que compensen las desviaciones de otras administraciones. De momento dice haber hallado 4.000 millones de euros que pudieran mitigar otros incumplimientos. Pero ese colchón no bastará para neutralizar esas otras desviaciones. Porque las comunidades rebasarán su objetivo (1,3% del PIB) por mucho más de cuatro décimas y esposible, además, que tampoco la Seguridad Social mantenga las cuatro décimas de superávit que tenía asignadas.
Los gestores de las cuentas públicas lo saben y por eso es probable que el Ministerio de Economía se guarde algún otro as en la manga. El problema reside en que el empeoramiento de los ingresos hasta septiembre amenaza con agotar parte de ese margen en la propia Administración central. Esoobligaría a adoptar medidas adicionales, pese a que el Gobierno públicamente las descarta.
España se encamina inexorablemente hacia un incumplimiento que puede salirle caro: la meta de déficit público que comprometió ante Bruselas para 2011. El frenazo de los ingresos públicos conocido esta semana y, sobre todo, la certeza de que las comunidades cerrarán el año con desequilibrios muy superiores a loprevisto, convierten en ilusoria la cifra del 6% del PIB que el propio Gobierno ha situado como termómetro de la credibilidad española. A la incertidumbre sobre los datos se une la política. Porque el encargado de cerrar y comunicar a la opinión pública el porcentaje que aguardan los mercados será el Ejecutivo que surja de las elecciones del 20-N. Las tentaciones partidistas resultan inevitables,aunque los expertos confían en que prime la cordura.
El Gobierno lleva meses escarbando entre las piedras para encontrar márgenes que compensen las desviaciones de otras administraciones. De momento dice haber hallado 4.000 millones de euros que pudieran mitigar otros incumplimientos. Pero ese colchón no bastará para neutralizar esas otras desviaciones. Porque las comunidades rebasarán suobjetivo (1,3% del PIB) por mucho más de cuatro décimas y es posible, además, que tampoco la Seguridad Social mantenga las cuatro décimas de superávit que tenía asignadas.
Los gestores de las cuentas públicas lo saben y por eso es probable que el Ministerio de Economía se guarde algún otro as en la manga. El problema reside en que el empeoramiento de los ingresos hasta septiembre amenaza con agotarparte de ese margen en la propia Administración central. Eso obligaría a adoptar medidas adicionales, pese a que el Gobierno públicamente las descarta.
El suspense sobre el cierre se mantendrá hasta el finalEl Ministerio de Economía ha dejado de poner la mano en el fuego al pronunciarse sobre el cumplimiento estricto del objetivo de déficit. De la holgura que mostraban las cifras en la primeraparte del año, los desequilibrios públicos han pasado a poner en aprietos a quienes dan la cara cada mes para informar sobre su marcha. El Gobierno ha decidido no dar el más mínimo crédito a la posibilidad de incumplir, pero tampoco defiende ya con la rotundidad de antes la sacralizada cifra del 6% del PIB.
Lo cierto es que el Estado aún no se ha desviado de lo previsto, pero va muy ajustado. Para...
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