Teoria de la administracion
LOS FUNDADORES: SEGUNDA PARTE
I. INTRODUCCIÓN
En cualquier campo de la actividad humana, suele denominarse «clásico» a aquel exponente que llega a ser considerado como un modelo prototípico. Así, en el arte son clásicos los escritores representativos de una determinada corriente literaria o los pintores cuando representan un movimiento pictórico, los arquitectos, los cineastas, etc. En la ciencia, son clásicos los aportadores de descubrimientos o hallazgos que han marcado huella y que han inaugurado nuevos paradigmas epistemológicos. La administración no es un caso extraño y tiene sus autores clásicos. En administración son clásicos todos los autores de la denominada administración científica desarrollada principalmente por los ingenieros, encabezados por el más famoso de todos ellos: Frederick Winslow Taylor, quien es reconocido en la literatura administrativa como «el padre de la administración científica». No obstante, la administración desarrollada por éstos fue una administración ad hoc a los procesos productivos y por lo tanto, se trató de una administración para la manufactura, para la industria, y no necesariamente para las organizaciones en general, aunque indudablemente muchos de sus principios son aplicables in extenso. Así, podemos decir que todos los autores ingenieros, de la administración científica hicieron hincapié en el trabajo realizado por los obreros y operarios en las líneas de producción y si bien es cierto que este enfoque era necesario, dadas las circunstancias creadas por la revolución industrial y el apogeo de la tecnología, no menos cierto es que fue un enfoque insuficiente, puesto que las organizaciones necesitaban también ser dirigidas y conducidas como tales hacia el logro de sus propios fines. De esta manera, surge en Francia, hacia 1916, la llamada teoría clásica de la administración, encabezada por Henri Fayol. Pero ¿cuáles son las diferencias específicas entre la administración científica y la teoría clásica? Si bien ambas buscaban la eficiencia como finalidad última, lo que las distinguía era que la administración científica lo hacía a través de la «organización racional del trabajo» y la teoría clásica partía del todo organizacional, es decir, de la estructura como tal, con la idea de garantizar la eficiencia de todas las partes involucradas, órganos (departamentos, secciones, talleres, oficinas, etc) y personas (directores, gerentes, operarios, etc). En este sentido, Chiavenato ilustra perfectamente la idea cuando afirma:
Paper de apoyo didáctico al curso «Administración I», segunda unidad, Facultad de Contaduría y Administración, Universidad Veracruzana, Xalapa, Ver, julio de 2007.
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Cuauhtémoc Molina García
El microenfoque, al nivel individual de cada operario con relación a la tarea, se amplía enormemente al nivel de la organización como un todo en relación con su estructura organizacional. La operación por la estructura de la organización como un todo, constituye sin 2 duda, una sustancial ampliación del objeto de estudio de la TGA.
De esta manera, la obra de Henri Fayol viene a complementar la de Taylor y las dos corrientes identificadas así por los tratadistas contemporáneos, la «administración científica» y la «teoría clásica», constituyen dos enfoques que, una vez agregados, representan hoy en día una visión organizacional que logra integrar los dos niveles de acción de las empresas: el trabajo y la estructura. Sin embargo, por supuesto, aún falta el elemento humano de la administración, elemento que más tarde vendría a reportar la ...
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