Teoría Psicoanalítica - Resumen - Punto Xvi

16) Consecuencias del giro.
1927: El porvenir de una ilusión. Capítulos III, VI, IX y X.
1930 [1929]: El malestar en la cultura. Capítulos II, III y IV.
1936: Carta a Romaind Rolland. (Una perturbación del recuerdo en la acrópolis.)

El porvenir de la ilusión del Padre garante del ordenamiento. La insuficiencia de la cultura como reguladora.
Existe cierta hostilidad a la cultura por lapresión que ella ejerce, por las renuncias de lo pulsional que exige. Pero si se cancelan sus prohibiciones, se tropieza con una dificultad: los demás tienen los mismos deseos que yo, y no serán más considerados que uno con ellos. Por eso, sólo un individuo podrá ser ilimitadamente dichoso con esa cancelación de las limitaciones culturales.
Con la cancelación de la cultura, sólo quedaría el estado denaturaleza, que es más difícil de soportar. Es verdad que la naturaleza no nos exigía limitar nuestras pulsiones, las consentía; pero tiene su modo de limitarnos: nos mata acaso a raíz de las mismas ocasiones de nuestra satisfacción. Es por esos peligros con que la naturaleza nos amenaza que nos hemos aliado y creado la cultura, que, entre otras cosas, también debe posibilitarnos la convivencia.Y por cierto la principal tarea de la cultura es protegernos de la naturaleza.
Con catástrofes violentas la naturaleza se alza contra nosotros y nos muestra nuestra endeblez y desvalimiento, de que nos creíamos salvados por el trabajo de la cultura. Esta situación no es nueva, tiene un arquetipo infantil y es continuación de otra, inicial: en igual desvalimiento se estuvo de niño frente a lostemidos progenitores, sobre todo al padre, pero de cuya protección, también, se estaba seguro contra los peligros de entonces. Así, el hombre confiere carácter paterno a las fuerzas naturales, hace de ellas dioses.
Con el tiempo, se observan regularidades y leyes en los fenómenos naturales, cuyas fuerzas pierden entonces sus rasgos humanos. Pero el desvalimiento del hombre permanece y con él suañoranza del padre, y los dioses. Estos retienen su triple misión: desterrar los terrores de la naturaleza, reconciliar con la crueldad del destino, y resarcir por las penas y privaciones que la convivencia cultural impone al hombre.
Ahora bien, entre estas diversas operaciones, de a poco se desplaza el acento. Se advierte que los fenómenos naturales se desenvuelven por sí solos, según leyesnecesarias internas; por cierto, los dioses son los señores de la naturaleza, ellos la han normado así y ahora pueden abandonarla a sí misma. Sólo ocasionalmente intervienen con milagros, como para asegurarnos que no han resignado nada de su originario poder. Y mientras más autónoma se vuelve la naturaleza y más se repliegan de ella los dioses, más seriamente se concentran todas las expectativas en latercera de las operaciones que le son inherentes, y lo moral deviene su genuino dominio. Se atribuirá origen divino a los preceptos culturales mismos.
Todo en este mundo es propósito de una inteligencia superior a nosotros, que todo lo guía hacia el Bien, o sea, hacia nuestra bienaventuranza. Todo lo bueno halla su recompensa final, y todo lo malo su castigo, al menos en las existencias posteriores amuerte. He ahí las propiedades de la esencia divina que creó al universo todo, más bien de la única esencia divina, en que se han condensado todos los dioses de épocas pasadas. Ahora que Dios era único, los vínculos con él podían recuperar la intimidad e intensidad de las relaciones del niño con su padre.

Religión y “ciencia”: ¿ilusión freudiana? (1927)
Las representaciones religiosas no sondecantaciones de la experiencia ni resultados finales del pensar; son ilusiones, cumplimientos de los deseos más antiguos e intensos de la humanidad. El terror que provoca al niño su desvalimiento despertó la necesidad de protección proveída por el padre; y el conocimiento de que ese desamparo duraría toda la vida causó la creencia en que existía un padre, pero uno mucho más poderoso. El...