Tesis

HISTORIA DE UN HOMBRE
EN LA HISTORIA DE UN PUEBLO
RAFAEL DUM
RAFAEL RODRÍGUEZ
LUIS ARRIOJAS























Ediciones
EN NEGRO




A Luis Alberto Rojas Castillo












Creo que podría vivir con los animales,
Son tan
secretos y tan plácidos,
Me detengo y medemoro mirándolos.


Walt Whitman
























































COLECCIÓN DE LA REVISTA “EN NEGRO”
CANTAURA, EDO. ANZOATEGUI
MARZO, 1975.




Era siempre un hombre oculto, en lo ingenuo y en lo sabio. Amaba la plática de los libros como el que retorna (luego deun gran tiempo silencioso) al lugar en donde están sus seres (se dicen cosas insignificantes que lo mantienen despierto en ellas, oyéndolas profundamente). Nunca lo vimos paseando las calles del pueblo. En las tardes, lo veíamos en su casa. Cuando pasábamos, lo observábamos desde la calle: sus ojos generosamente detenidos en todas las cosas: insectos, árboles, hombres, animales, niños. Visitó, comomédico, todas las casas del pueblo. Despertaba temprano y permanecía en su biblioteca hasta la hora en que se iba para su clínica. También podía estar todo un día en un bar; su carro permanecía frente al bar; todos sabíamos que él estaba allí. A las 7 de la noche, desaparecía.


Antes de venir a estos pueblos, es decir, antes de hacerse médico, fue de muchos oficios: redactor de unperiódico en Caracas, escribió cuentos y poemas, que más tarde se perdieron; hasta estudió para abogado, y abandonó. (Se explica bien que este maravilloso médico no podía ser de ese oficio). Anduvo con Leoncio Martínez, leyó a Ramos Sucre. Como dijimos anteriormente, escribió cuentos y poemas que desaparecieron.
Sin embargo, la suerte nos hizo que en un montón de papeles, de indicaciones para curar,encontráramos un poema perdido que descubre a Luis Alberto Rojas, maduro y feliz en la palabra poética. No existe la fecha en que se escribió el poema; pero pensamos en sus primeros años, cuando llega al pueblo; el poema es definitivo: lo apresan bellamente las cosas de la vida, tiene juventud y piensa que la vida es bella y merece entregársela: mujer, algas, estrellas, noches. También sabe delas noches arriba perdidas; y más, sabe que profundamente no regresará. Pero no tiene miedo.
Plena mujer, manzana carnal, luna caliente,
Espeso aroma de algas, lodo y llanto machacado,
Qué oscura claridad se alza entre tus escamas.
En qué antigua noche el hombre toca tus sentidos. ¡Ay! amores en viaje con agua y con estrella,
Con aire ahogado y bruscas tempestades de harina.El amor es un combate de los campos
Sin dos cuerpos por una miel destrozada
Beso a beso por tu pequeño infinito
Tus imágenes, tus ríos, tus pueblos diminutos
El fuego genital transformado en delicia
Corre por sus delgados caminos de sangre
Hasta precipitarse como un clavel nocturno.
El verso final: “hasta precipitarse como un clavel nocturno”, cierra elpoema sensual: “la mujer”, “la noche”, “la estrella” y “las flores” están en ese verso; y todo el poema se nos parece a esos grandes cantos de gitanos donde hay mujeres, noches y flores, que al final se recogen y se disuelven en una noche, o como lo siente Luis Alberto Rojas: precipitarse como un clavel nocturno.


Fundamentalmente, nunca anduvo con él lo feo: mezquindades, injuria, palabrasgroseras; el dinero nunca estuvo en sus planes: lo botó. No calculaba nada. El día que salió de la Universidad Central de Venezuela, no sabía hacia donde iba. Sintió los pueblos; las ciudades ya no tenían que ver con el joven médico, Y su historia empieza así y terminará como a él le gusta: un viaje extraordinario, como él dice: “¡Ay! amores en viaje con agua y con estrella”, a los pueblos:...