Traicion
Scott Westerfeld
Traición
Saga Los feos 01
ePUB v1.0
sprockboy 03.04.12
Título Original: Uglies Saga: Uglies series Portada por: Rodrigo Corral Portada retocada por: Jhonny Gil Año de publicación: 2005
Esta novela fue tomando forma gracias a una serie de correos electrónicos intercambiados entre Ted Chiang y un servidor a propósito de su cuento«Liking What You See: A Documentary». Su aportación al manuscrito ha sido, asimismo, inestimable.
PRIMERA PARTE
Convertirse en perfecto
¿Acaso no es bueno llenar la sociedad de gente guapa? Yang Yuan, citado en The New York Times
La ciudad de Nueva Belleza
El cielo de principios de verano tenía el color rosa del vómito de un gato. Por supuesto, pensó Tally, para que los tonos rosadosfuesen los adecuados habría que darle al gato durante un tiempo solo comida para gatos con sabor a salmón. Lo cierto es que las nubes, que se deslizaban a velocidad vertiginosa, parecían peces por efecto del viento que les dibujaba escamas. A medida que la luz disminuía, profundos surcos de color azul oscuro se asomaban a través de las nubes como un océano puesto del revés, frío y sin fondo. Cualquierotro verano, una puesta de sol como aquella habría sido hermosa. Pero nada era hermoso desde que Peris se convirtió en perfecto. Perder a tu mejor amigo es un asco, aunque solo sea durante tres meses y dos días.
Tally Youngblood esperaba a que cayera la oscuridad. Veía la ciudad de Nueva Belleza a través de su ventana abierta. Las torres de fiesta estaban ya iluminadas, y serpientes deantorchas encendidas marcaban caminos parpadeantes a través de los jardines del placer. Unos cuantos globos de aire caliente tiraban de sus correas contra el rosado cielo cada vez más oscuro. Sus pasajeros lanzaban fuegos artificiales de seguridad a otros globos y parapentes. Las carcajadas y la música cruzaban el agua como guijarros lanzados con gran efecto, con los bordes igual de afilados que losnervios de Tally. En las afueras de la ciudad, separada de la otra población por el óvalo negro del río, todo estaba a oscuras. Todos los imperfectos estaban ya en la cama. Tally se quitó el anillo de comunicación. —Buenas noches —dijo. —Que tengas dulces sueños, Tally —respondió la habitación. Masticó una píldora limpiadora de dientes, ahuecó su almohada y metió entre las sábanas una vieja estufaportátil que producía más o menos el mismo calor que si hubiera alguien de las mismas proporciones de Tally dormido a su lado. Luego se escabulló por la ventana. Tally se sintió mejor nada más salir al exterior, donde por fin la noche se cernía negra como el carbón sobre ella. Tal vez fuese un plan estúpido, pero con todo preferible a pasar otra noche en vela en la cama compadeciéndose de sí misma....
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