Un Cuento Breve

Casa de muñecas
“¿Jugamos a la Barbie? preguntó Jesica.”
Luego de veinte años, aún recuerdo esta pregunta de mi hermana. Llegaba la hora de la siesta en mi casa ydesplazábamos sobre la mesa del comedor todos los objetos que teníamos y habíamos fabricado para armar las casas de nuestras muñecas: juego de living, de comedor, decocina y de dormitorio.
Construíamos a nuestro gusto sus viviendas, como si fuesen mansiones, con adornos de mi mamá y autitos de mi hermano Esteban. Desplegábamosnuestra creatividad sobre la mesa y nos pasábamos todas las tardes de los fines de semana haciendo que limpiaban, hacían las compras, tomaban el té y se visitaban a lahora de la cena.
Pero a mi mente llega un vestido hecho con mis propias manos: con tules blanco y rosa, con gasas, con perlitas y con lentejuelas plateadas. Unvestido largo, amplio, de gala. Diseñado junto a mi nona una tarde de invierno en su casa mientras mirábamos en la televisión el atentado a la AMIA. Lo recuerdo como siestuviera sentada en la punta de su mesa cosiendo cada una de las laminillas luminosas sobre esa tela suave y delicada que sobre mis manos tan pequeñas se deslizaba. Unvestido rosa para mi muñeca delgada, alta y rubia. Aquella que mis padres me habían regalado en la navidad anterior.
Esa tarde de julio, fría y sombría, cobijadas enla tranquilidad del hogar mi abuela materna y hechizadas con el calor de la estufa a leña, mi hermana, Jesica, mi nona y yo confeccionábamos prendas para nuestrosjuguetes que luego lucirían en alguna fiesta que inventaríamos cuando, una siesta apacible, nuevamente, llegara a mis oídos de niña la pregunta “¿Jugamos a la Barbie?”.