Un Grande de España en toda la extensión de la palabra
Iñigo era más que eso, era serio y con una magnífica preparación,consciente de la gran fortuna que tenía que administrar. Graduado en Ciencias Económicas y Empresariales en ICADE, se doctoró en el Colegio de España en Bolonia y pasó más de una décadatrabajando en la City londinense.
Decía que no escribía por los motivos señalados anteriormente sino porque formaba parte de la Reserva Voluntaria, en concreto de la Armadacomo Teniente de Infantería de Marina. Tuve, además, el honor de que fuera uno de mis instructores en la fase de formación básica de Oficial en la Escuela Naval Militar en Marín(Pontevedra) en 2006. Se destacaba, curiosamente, por ser uno más y un magnífico conversador. Nunca nos habló de sus barcos o de sus aviones privados, sino de las ganas deofrecerse a la patria. Todos éramos conscientes de que en ese tiempo de plena dedicación como instructor en la Escuela Naval perdía muchísimo dinero, pero sus ganas de servir eran muchomayores.
Por todo ello, los que lo conocimos sentimos sobremanera su pérdida. Parece cumplirse una vez más la triste sentencia de que los mejores se van antes de tiempo.Descansa en paz, compañero, en la seguridad de que -como dice la canción que entonamos juntos más de una vez en el homenaje a los caídos por España- la muerte no es el final.
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