Un susto para la tv
Por esos días a Emily Ransikberger le costaba entender por qué tenía que ir a aquella casa.
La casa era una herencia que le había dejado su difunta tíaMargarita, y aquella casa era realmente tétrica, las puertas rechinaban al abrirse, el piso y la escalera crujían al caminar por ellos. Los cuadros y los retratos parecían tener vida propia. Hasta el másvaleroso de los hombres habría pensado dos veces antes de pasar una noche en aquel lugar.
Pero lamentablemente para Emily, ella no podía abandonar la casa, pues según el testamento, Emily debíapasar veinticuatro horas dentro de la casa para hacerse acreedora de la herencia.
Al abrir la puerta principal, Emily comenzó a sospechar que las horas que se le venían, serían las másterribles de su vida. Se sorprendió al comprobar que la casa se encontraba sin electricidad, por lo que se fue sobre una de sus maletas y sacó una linterna. Desde ese momento, sus sospechas se convirtieronen afirmación: pasaría una pésima noche.
Decidió entonces encerrarse en la que sería su habitación. Buscó algo de comer en la cocina y luego fue hacia el dormitorio. Al entrar en él, la puertase cerró de golpe, como si alguien lo hubiese hecho.
So pretexto de no tener miedo y contra su voluntad, Emily decidió ver qué o quién estaba tras la puerta. Grande fue su sorpresa alcomprobar que ahí no había nada ni nadie.
Entre la una y las dos de la mañana, Emily se quedó paralizada al ver que uno de los retratos de la habitación movía los ojos con una rapidez increíble.¡No me cabe la menor duda de que aquí hay fantasmas, pensó Emily.
Entonces comenzó a entender que su tía le heredó aquella casa para ponerla a prueba, para saber si era digna del apellidoRansikberger, y se prometió que bajo ningún motivo se iría de la casa. Se quedaría, y lo haría por el honor del apellido familiar.
Pero mientras las horas pasaban, los hechos paranormales no...
Regístrate para leer el documento completo.