Una Entrega A Todo Riesgo Tracyy

Una entrega a todo riesgo, quemando todas las naves. Las misioneras que salieron del noviciados en aquellas épocas sabían que probablemente nunca regresarían a la patria y aceptaban todos losdesafíos que implica la inserción en zonas pauperizadas, selváticas y desérticas, los riesgos que conlleva la vida entre los pobres, amenazados siempre por todas las violencias. Vivir en pobreza, castidad yobediencia, “hasta la muerte”, no era algo que se dijera livianamente, significaba pasión por el Reino, opción por los hermanos más pobres, obediencia al proyecto de Dios sobre este mundo, ycolocadas de ese lado no pensaban en volver atrás. Esto da paso a la razón más profunda: el seguimiento de Jesús.
“He despreciado el reino del mundo y todo ornato de este siglo por amor a Nuestro SeñorJesucristo a quien vi, a quien conocí, de quien me enamoré, en quien puse mi confianza, a quien quise con ternura.” Son palabras de Mª Cándida (29 años)
o que fueron subrayadas por todas con su propiavida. Una exigencia y una urgencia honesta y presente. Antes de salir para la misión escribe María del Buen Consejo (27 años): “La misionera, más que nadie, ha de ser santa y yo estoy tan lejos de estoque tengo miedo de hacer mal a los otros en lugar de bien”. Sencilla, cercana, tomándose en serio la vida, se entregó hasta el final: “no quiero ser santa de garabato ¿Cómo anunciar que Dios está conlos pobres y darles la espalda cuando llega el conflicto? Permanecer en la misión significaba afirmar con vida y muerte, si era necesario, de qué lado se encontraban.


“Nuestro camino es el de Dios, ysi hemos de morir, moriremos, pero no podemos abandonar la misión”.
¿Qué significa esta frase? Tal vez significaba que habían descubierto que el camino de Dios pasaba, en aquella encrucijada deintereses, por el desamparo de los pobres, de los enfermos en su caso concreto, de aquellos que pagaban las consecuencias de algo que no habían provocado. No quisieron salirse de ese camino. Los pobres...