Urbanismo

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Planes y proyectos responsables en vez de autopistas
Escribe: Augusto Ortiz de Zevallos
arquitecto
Resumiré mis tesis, espero que polémicas, sobre lo que creo es una preocupación casi abandonada en el Perú. Abandono que explica fracasos y crisis cíclicas de nuestros centros urbanos, deteriorados de modo creciente por ser vistos y normados como si fueran objetos inanimados obienes muebles y bajo una perspectiva que no atiende los graves males que los erosionan y los hieren de muerte. Pese a que hubo en el Perú valiosas iniciativas bajo la influencia de formación académica de primer nivel que proponía visiones alternativas y herramientas de cambio, éstas se han perdido, lo que ha dado lugar al apogeo de convencionalismos y lugares comunes mientras el techo se nos caeencima.

Participé como profesor dos años en el curso PNUD-UNESCO del Cusco en el tema de centros históricos. Lo hice acompañando de Carlos Williams León, con quien complementábamos un taller de proyectos a fines de los años 70. Nuestros ejercicios cusqueños eran propuestas a escala de manzana bajo la hipótesis de un reciclaje compensado, ya que había casas agobiadas y otras casi vacías así comoterrenos disponibles. El reto era reequilibrar, viabilizar, reconocer los problemas y el valor de las propiedades, dimensionar recursos, evaluar a los inquilinos y sus capacidades de pago como potenciales destinatarios del plan, insertar comercio según las potencialidades existentes en el área porque las variables deben ser las de la realidad. El proyecto debía cuidar un entendimiento detipologías y referencias, pero además hacer arquitectura contemporánea pertinente, bien inserta, responsable.
Hubo muy buenas propuestas y hace muy poco en una manzana frente al mercado central cusqueño, el equipo del Guamán Poma, dirigido por uno de los mejores alumnos de esas experiencias, Enrique Estrada, ha plasmado un notable resultado a escala de una pequeña manzana con apoyos de la Junta deAndalucía, donde ahora vivirán bien y con valores mejorados los mismos vecinos y usos que antes vivían mal. Esa experiencia sí sería replicable, en el Cusco y otras ciudades, pues se destina a la demanda real y no al próximo hotel de cinco estrellas.
Pero mientras entonces dirigíamos esos proyectos urbanos que serían replicables y darían bases para políticas eficaces y verdaderas (lo que era el objetivodel curso), lo que ocurría y se alentaba en el Cusco eran operaciones insulares de cuentos de hadas -el gran hotel, el banco filantrópico- resueltas con enormes presupuestos y fachadas prefabricadamente inocuas que a mi entender, y al de arquitectos inteligentes y no engañamuchachos como Siza o Moneo, son parodias banales y no arquitectura respetuosa. Desdibujan los centros y no los vitalizan.
Esverdad que, en general, el Cusco fue cuidado, especialmente en sus apariencias, pero subyace una crisis que es mayor en otras ciudades de economías empobrecidas. Y esa opción por no afrontar realidades sino idealizarlas y de no hacer arquitectura sino escenografía y de no tener estrategias replicables ha tenido una larga secuela erróneamente prestigiada e imitada. Hay esperpentos estéticos comoese estilo falso-barranquino que fue inducido a toda obra reciente en ese distrito o esos falsos balcones seudocolonial- republicano en concreto armado que en el centro de Lima se obligaban en los segundos pisos ya sea para parqueaderos, galerías de ropa o ferreterías. Se confunde recuperación y pertinencia con escenografías y fetiches, y se asume que el deterioro de calidades de vida en los centrosdebe ser un escenario cotidiano en el que se vive mal y sólo nos importan los objetos.
Eso ha creado un legado que se pretende teórico y culto -pese a su atraso de 40 años- sobre la deontología de restaurar, una herencia que desconoce los datos de nuestra realidad y descalifica las nociones de reanimar o reciclar, sin las cuales el deterioro es irreversible pues ya no hay usuarios para los...