yo no soy una princesa
Autoestima
En el año 2003, investigadoresencontraron que, si Barbie era una mujer de tamaño real, sus medidas debían ser 32-17-28, las cuales son altamente irreales para una mujer de carne y hueso, según dice el Body Project de Bradley University. Las niñas se comparan a sí mismas con Barbie desde una edad temprana, lo que tiene un efecto negativo en la autoestima de las niñas entre cinco y ocho años, tal como dicen Helga Dittmar y EmmaHalliwell en su libro "Consumer Culture, Identity and Well Being". Las autoras comparan el tamaño de su cuerpo actual con el cuerpo ideal proyectado por Barbie que, según ellas, desarrolla un concepto exagerado del cuerpo adulto ideal. La muñeca Barbie afecta la imagen propia de las niñas a edades tempranas y llevan este concepto a medida que van creciendo. Esto hace que se concentren eninsuficiencias que creen que tienen, en lugar de sus fortalezas.
Preocupaciones étnicas
Barbie también hace aparecer la idea de que la piel blanca, el cabello rubio y los ojos celestes son el estándar ideal de belleza. En nuestra sociedad, las niñas pequeñas y mujeres de diferentes etnias a menudo sienten que son juzgadas según un estándar al que no pueden llegar. En lugar de reconocer todos los diferentestipos de belleza que hay en el mundo, Barbie continúa el mito de que la belleza europea es el estándar deseado.
Estereotipos de género
Muchas personas también creen que Barbie refuerza roles de género poco saludables. En su mundo, la mujer ideal está concentrada en la moda y la apariencia. Cuando la primera Barbie adolescente que hablaba salió a la venta en 1992, según Young, dijo frases como "Lamatemática es dura". Esto refuerza el concepto, en la mente de las niñas pequeñas, de que los hombres son mejores que las mujeres para la matemática y la ciencia. Barbie no originó tales conceptos, pero a través de su foco en la apariencia y en un físico no saludable, refuerza estereotipos negativos sobre las niñas y mujeres.
Para Disney, en cuestión de edades, solo hay dos tipos de mujeres queimportan: las jóvenes princesas de los cuentos y las mujeres posmenopáusicas que en sus películas proporcionan las risas a causa de su comportamiento y aspecto – las hadas madrinas de La Cenicienta y La Bella Durmiente–, o que envidian la belleza y juventud de las heroínas –las madrastras de Cenicienta y Blanca Nieves, Maléfica, Úrsula, la bruja del mar de La Sirenita, la madre impostora de Rapunzelen Enredados-. Las mujeres adultas, veinteañeras o treintañeras, de personalidad fuerte, inteligentes, en una posición de poder, simplemente no existen.
Todas las heroínas de la Edad de Oro de Disney son víctimas del amor a primera vista, pertenecen a la realeza (excepto Cenicienta, aunque su padre no era precisamente pobre), son buenas cantantes y bailarinas, y se casan con alguien de su misma omejor clase social.
La “realidad” de las protagonistas de los cuentos de hadas de Disney, ha ido cambiando poco a poco y adaptándose a –pecando de redundancia- la “realidad” del mundo real, aunque –el infierno de la redundancia- en realidad nunca ha estado disociada de los tiempos en que se ha estrenado cada cinta. He aquí un desfile de princesas en el que podemos apreciar esos cambios gracias...
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