Zizek y la esfera publica cubana

Zizek y la esfera pública cubana.
Wilder Pérez Varona. Instituto de Filosofía, La Habana
Si se juzga por las publicaciones realizadas en la isla, o por las referencias a su obra, Slavoj Zizek es virtualmente desconocido entre nosotros.
La revista Temas ofreció, el pasado año, una de las escasas ocasiones en que este autor es mencionado, al publicar la réplica de Rafael Rojas a uncomentario de Arturo Arango sobre la diáspora intelectual cubana. Traer a colación ahora aquella respuesta obedece a dos razones. La primera, porque Rojas no vacila en enjuiciar el vínculo existente o posible entre obras como la del autor esloveno y la estructura institucional del Estado cubano. La segunda, porque trajo a colación un tópico recurrente en el propio Zizek –y ampliamente presente en estaselección-, como es la función del intelectual de izquierda hoy.
En el primer caso Rojas coloca a Zizek en una categoría de intelectuales neomarxistas cuya escasa difusión en la isla es achacada a sus posiciones críticas respecto a los regímenes comunistas del siglo XX y hacia toda forma de totalitarismo. De ahí que afirme la incongruencia teórica de tales autores con el inventario institucionalque propone de la política cubana: “partido único, ideología de Estado, control de la sociedad civil, medios de comunicación gubernamentales, restricciones a derechos civiles y políticos”.
A continuación, el investigador cubano radicado en México sostiene que el “intelectual público” esgrimido por los neomarxistas implica una superación crítica del “intelectual orgánico” de corte gramsciano. Yafirma para ilustrarlo que en Cuba este último solo puede sostener posiciones críticas a costa de aceptar la autoridad ideológica del Partido y la mediación con un proyecto estatal que deslegitima toda oposición política. Entre tales opositores de la diáspora Rojas señala a un conjunto de autores más afines a posturas independientes y capaces de interpelar al poder político que tipificarían al tipode intelectual que preconiza.
Si en algo se concuerda con Rojas es que la congruencia puede exigírsele a la teoría, pues de la política y la ideología puede esperarse cualquier cosa. El propio Zizek trabajó en el Comité Central de la Liga de Comunistas Eslovenos, para luego ser candidato a la presidencia en las primeras elecciones multipartidistas de Eslovenia por el Partido Liberal, y luegoaprobó la terapia de choque prescrita por el FMI a fin de nivelar el nuevo estado al resto de Europa. Pero tales posturas no invalidan en lo absoluto el valor teórico de sus planteamientos, que en todo caso se benefician de esta experiencia directa del aparato simbólico del partido como del funcionamiento de la democracia liberal.
Tomemos como pretexto las afirmaciones de Rojas para acercarnos a laobra de Zizek, con el fin de mostrar al menos la dificultad con que tropiezan afirmaciones generales tratándose de este autor. Y, de ser posible, la pertinencia de su lectura, de algunas posibilidades que su lectura abre.
Lo primero que uno halla es la dificultad de clasificar al autor esloveno, pues como académico y como activista político no evita el escándalo si ve la oportunidad para colocarun argumento incisivo sobre un tema en boga, ni renuncia a la contradicción o a la inconsistencia. Su impacto mediático responde además a las características de su estilo: es frecuente que al leerlo uno piense que está afirmando algo, y luego cambia hacia la posición opuesta. Tales variaciones súbitas de su posición torna difícil de aprehender la estructura argumentativa que subyace a sus escritosy presentaciones.
Y es que la urgencia política de su obra hace que su posición teórica aparezca por lo general definida negativamente, en relación a lo que se opone. De ahí que siempre resulte pertinente conocer las posturas de los interlocutores a los que se enfrenta. Pero hay un fundamento conceptual para este proceder, relacionado a su rescate de Hegel, y a su modo de hacer emerger la...