Ética de la vida buena

ÉTICA DE LA VIDA BUENA

Por Pablo Ferrís García

INTRODUCCIÓN

Si estudiásemos a lo largo del mundo y de la historia a los hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación ¿qué es lo que podríamos concluir como propio de todo ser humano, que nos diferencia del resto de especies de la creación? La respuesta más socorrida e inmediata podría se la racionalidad (animales racionalesnos llamamos), y es cierto, nuestra inteligencia y voluntad nos dan una dignidad superior. Pero si pensamos un poco más, ¿cuál es la experiencia más plenamente humana, común a todo hombre y mujer? Sin duda la necesidad de ser amados y de amar. Esto está inscrito en el corazón de cada niño, joven, adulto. El amor es por tanto la vocación fundamental e innata de todo ser humano, de toda persona. Pero,¿por qué me cuesta tanto amar a las personas (incluso a los que aprecio)? Y ¿por qué en tantas ocasiones no me siento amado?
Ante esta pregunta cabrían muchas contestaciones. En la primera parte del presente trabajo de “Ética de la vida buena” intentaré hacer ver cómo en demasiadas ocasiones la dificultad para amar a las personas parte de un problema de concepto, o bien porque no sé qué esser PERSONA o bien no sé qué es AMAR. En el ambiente relativista en que nos encontramos podríamos caer en la tentación de relativizar las contestaciones pero gracias a una “Antropología adecuada” puedo contestar certeramente qué es un ser humano, y gracias a la “Ética de la vida buena” podremos acercarnos al verdadero significado del amor.

LA PERSONA

¿Cuáles son los rasgos propiosdel ser persona?. Es decir, ¿qué confiere a toda persona el gran valor que tiene de por sí?. En ocasiones hemos valorado a las personas por sus cualidades (belleza, aptitudes deportivas o artísticas, inteligencia o su bondad), cualidades que sin duda nos embellecen, pero el verdadero valor de toda persona reside en:
a) Cada persona es única e irrepetible, singularidad que afecta a su dimensiónfísica (su ADN), pero también a la psicológica y espiritual. Es curioso descubrir como los numismáticos son capaces de pagar millones de euros por un sello único y se nos llega a escapar que nunca ha existido ni existirá cada uno de los seres humanos que nos acompañan desde el mismo momento de la concepción. Por eso podemos afirmar de cada persona que es preciosa (que tiene un alto precio ovalor.
b) Las personas tienen una dignidad (no precio) muy por encima del resto de seres de la creación. Al decir que somos personas apelamos a nuestras tres dimensiones física, psicológica y espiritual, pero principalmente a la espiritual (que comprende los pensamientos, voliciones, decisiones, actitudes…) Al reconocer en mi mismo o en el otro a una persona, automáticamente estoy diciendo que:▪ No es una cosa (y que por lo tanto no está para ser utilizada, ni pertenece a alguien ni está completamente determinada o formada…). Y así mismo afirmo que yo o el otro…
▪ No es un animal, enteramente sujeto a su naturaleza o instintos, sino que tenemos una naturaleza que me condiciona pero no me determina. No puedo olvidar, en todo caso, mi naturaleza de criatura y portanto mi vulnerabilidad.
c) Las personas tienen libre albedrío, para, mediante mi inteligencia y la voluntad, poder hacer lo que debo frente a lo que quiero, para llevar a cabo (o no) acciones como perdonar, prometer…
d) Las personas son seres abiertos a los demás (interpersonalidad), lo que me permite salir de mi mismo y establecer una relación de amistad, o una relación de amor.LOS AMORES

La palabra amor puesta en boca de los hombres responde a conceptos diferentes: se habla de amor a la patria, de amor por la profesión o el trabajo, de amor entre amigos, entre padres e hijos, entre hermanos y familiares, del amor al prójimo y del amor a Dios. El problema es que ni siquiera la acepción del amor “eros” (amor entre un hombre y una mujer) tiene siempre un mismo...